Cuatro Años No Son Nada

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Miguel llamaba incontables veces a su amigo, lo había hecho desde la mañana sin obtener respuesta, así que decidió volver a intentar

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Miguel llamaba incontables veces a su amigo, lo había hecho desde la mañana sin obtener respuesta, así que decidió volver a intentar.

Estaba a punto de darse por vencido hasta que escuchó una voz al otro lado de la línea, por fin había tenido respuesta.

— ¡Raptor! Son la una de la tarde ¡y llevo llamándote desde las ocho de la mañana! ¿estás bien?

— Mike, acabo de despertar. No estoy en mi casa, por eso no te...

— ¡¿Qué?! ¡¿Dónde coño estás?! ¿Estás bien? ¿Estás solo?

— Sparta estaba a mi lado, pero no es su departamento. Me despertaron tus mensajes y decidí esconderme en el baño para no despertarlo.

— ¡¿Sparta?! ¡¿Qué pasó anoche y por qué estás con él?! ¡Recuerdo que me dijiste que ya no hablaban!

— Bueno... Somos adultos, creo que entiendes que pasó. Y sobre la distancia, pues arreglamos el problema.

— Dios, dime que la solución no fue tener sexo desenfrenado...

— De hecho...

— ¡Solo cállate y dime cómo pasó todo eso!

— Pues...

El pelirrojo se daba una ducha, esa noche Carlos, un amigo suyo, daría una fiesta a la cual muchas personas estaban invitadas, él entre todos ellos.

Llamó a uno de sus amigos otra poder ir juntos, lamentablemente este se negó, pues además de no gustarle las fiestas en las que se consumía alcohol tenía pendientes con algunos miembros de su familia y no pensaba en cancelarlos.

Así que optó por preguntarle a su mejor amigo si podían ir juntos, él había sido su primera opción, pero el miedo lo acobardó y no pudo pedírselo antes. Había ocurrido un incidente hace un mes atrás y mantener una conversación con el otro por más de diez minutos se le hacia algo complicado.

Este aceptó gustoso la invitación, estando aún más contento al saber que el mayor iba a ir a su departamento a buscarlo.

— ¡Raptor!

Saludó alegre al ver al nombrado en su entrada. Le gustaba pasar tiempo con él y deseaba matar la distancia e incomodidad esa noche.

— Hola, enano, ¿Cómo andas?

— Bien porque no gastaré en gasolina hoy. Por cierto, que caballeroso de tu parte este gesto.

Mayores • Spartor, One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora