El No Midgardiano Y La Bestia

39 6 1
                                    

Después de ser explotado, traicionado, cazado, encerrado, embrujado y posiblemente llevado a su subconsciente infantil sin su permiso, Loki estaba harto de los cuentos de hadas. En su vida había tenido muchos castigos impartidos por los gigantes de hielo y Odín, pero este era sin duda el más mágico y ridículo en el que había sido envuelto, y estando a unas páginas del final, se sentía más rebelde que antes de ser reprendido.

"Cuando vuelva a Asgard..." Era lo único en lo que pensaba. Eso y en lo mucho que odiaba al narrador de esos ridículos cuentos inmorales que pretendían "enseñar" (adoctrinar) a los midgardianos más pequeños con buenos valores.

...

― Sabes que las mujeres tienen prohibido estar en la biblioteca ― La figura de Heimdal se materializó frente a él y Loki suspiró, admitía que este era su castigo más original hasta ahora.

― ¿Desde cuándo es eso? Por lo que sé, tu ni siquiera sabes leer

― Que indulgente eres para tu posición, fuera de aquí, mujer

― ¿Acaso es un insulto ser una mujer? Que poco realista eres ― aquello último lo dijo mirando al cielo, dirigiéndolo al narrador.

― Loki, voy a llamar a tu padre si no sales de aquí en este instante

Loki gruñó antes de tomar dos libros de un estante y caminar furiosamente fuera de la librería. No quería ver la versión de cuento de hadas de Farbauti.

― Estos cuentos son tan faltos de inteligencia como este castigo ¿Me oíste? Narrador mágico de cuarta. No hay nada mágico en ti.

Loki caminó de vuelta a casa, con una sonrisa en su rostro. Los comerciantes se detenían para admirarla, los muchachos en las cantinas silbaban y levantaban sus vasos con bebida como una invitación a que pasara un rato con ellos. Loki, tímida, se sonrojaba y negaba con la cabeza mientras abrazaba sus libros.

Irritado por la narración y falsedad en las palabras sobre su cabeza, trató de intercambiar el lugar de los bebedores por el de unas gallinas encerradas en una jaula diminuta, pero de las puntas de sus dedos solo brotaron chispas. Las muñequeras que le habían puesto antes de su castigo retenían su magia de hechizos que requirieran mucha energía, sin embargo, le permitían unas pequeñas cantidades de esta para su mal llamada "magia para fiestas de té".

A pesar de que a su alrededor el pueblo la veía tan extraña, ella solo era una chica con ansias de aprender, a pesar de su belleza que podía usar para desposar a quienquiera, todos sospechaban de sus religiosas idas a la biblioteca.

― ¿Puedes parar con eso?

Pero así va el libro

― Es demasiado. ¿Qué tanto énfasis tienes que hacer en mi belleza para dar a entender que a pesar de ella no soy un tonto? No hay conexión entre una cosa y la otra

Su alteza, el libro se llama "la bella y la bestia"

― Entiendo que en Midgard la belleza es importante, pero has de este castigo al menos un poco entretenido

El narrador suspiró audiblemente y Loki aguantó una sonrisa de satisfacción.

Loki llegó a casa y Odín la recibió con terribles noticias, la pobre chica ni sentarse pudo.

― Hija, he ofendido a alguien de la realeza, y si no le ofrezco a una de mis hijas, tus hermanas y yo sufriremos las consecuencias ― le expresó aterrorizado el hombre de barba.

― Pero usted ni siquiera es mi-

Loki fue llevado a una desolada mansión. La ofensa que su padre había producido por querer llevarle una flor del jardín a su hija solo podía ser perdonada entregando a la más bella.

El No Midgardiano Y La Bestia (Entre Cuentos Y Castigos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora