31. Esto no me lo esperaba

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He de decir que me dolió.

Liam se lo tomaba con calma, lo que hacía que el tatuaje fuera perfecto, además de que charlaba por los codos y la música de fondo me gustaba, así que estaba distraído. Liam
acababa de abrir el negocio y era uno de sus primeros clientes, pero le estaba yendo bastante bien, nada más acabar conmigo ya entró otra chica y tuvo que despedirse de mí rápidamente.

Nada más salir, di una bocanada de aire fresco, y
sentí un dolor insoportable en el pecho, pero no importó para nada.

Al abrir los ojos, mi día que iba yendo de perlas, se me fue a la mierda, pero bien.

Delante de mí estaba Oscar y detrás suya Greg acompañado de mi madre.

Como lo has oído mi madre.

¿Qué mierda querrá tío?

-Quiere hablar con usted, señorito Besson.

-Donde yo diga, síganme.

Este miró a mi madre y ella negó.

-No se me permite señorito.

Le puse mala cara y luego miré mi madre con desdén hasta que ELLA dijera dónde, porque siempre había que hacer lo que ella dijera.

Oscar se llevó la mano al pinganillo y después me miró a través de sus negras gafas.

-Al coche, te dejarán en la puerta del hotel.

Lo miré sorprendido y le dije que esperar porque tenía que llamar a alguien.

-Cinco minutos. -Me respondió sin alejarse mucho de mí.

-Como me entere de que le dices algo a mi madre sobre la conversación que voy a tener, te juro que te quedarás sin motivos por los que vivir y me
rogarás que te mate. -Le dije con el semblante frío.

Bien dicho.

Cogí mi móvil e hice la llamada, la tercer tono, se escuchó:

-Diga melón.

-Quesito no salgáis de la habitación y si estáis fuera
no vayáis hasta que yo diga.

- ¿Qué pasa?

-Lady mandona quiere hablar conmigo, no sé cómo me ha encontrado.

-Habrá querido saber quién está utilizando la tarjeta de
crédito ilimitada de su hijo, ¿no crees?

-Mierda sí. Bueno, no salgáis, ¿entendido?

-Clarísimo.

-Adiós.

-Adiós Tony. ¡Suerte capullo!-Sonó de fondo.

- ¿Estaba en altavoz? -Grité.

Oscar me tocó el hombro y tuve que cortarle sus protestas. -Me tengo que ir.

Me monté en la limusina a la fuerza y estaba entre Oscar y Greg y en frente mía mi madre mientras el conductor me llevaba al hotel.

Estuvimos callados un par de minutos; ella quería hablar y yo no pensaba empezar una conversación con ella.

-He visto que después de diez años, por fin te has dignado a utilizarla y bien, pero podrías haberlo hecho a tu nombre.

-Qué más te da, necesitaba un respiro, un cambio de aries, unas vacaciones. -Concluí mirándola.

-Y te has divertido, porque según lo que pone, has
gastado en alcohol.

-Tengo veinticuatro años, ¿qué te importa que beba?

-Nada, hijo. -Me respondió quitándole importancia como hacía siempre.

La miré mal y dibujé círculos en mi muñeca, dónde estaba el ancla.

- ¿Y tú qué haces por aquí, madre?

-Ya sabes, por trabajo. El sábado que viene vamos a
hacer una presentación.

-Buen más bien tu mano derecha. -Le corregí, pero
ante su cara, le aclaré. -Soy tu hijo, tengo que saber qué mierdas haces.

-Ya no eres el Harry amargado.

-Lo sigo siendo, pero he madurado. -Le dije como
excusa.

-Si, bueno, Jess me ha ayudado muchísimo este año
y su guardaespaldas es mejor que estos dos juntos. -Le dijo apuntando a Oscar y Greg con desdén. - Pero la chica no se viene.

- Como si me importara eso madre. -Le dije sin darle importancia a Andy. - ¿Podría ir?

-Deberías. Diré a los jefes de seguridad que no tienes que pasar por el control ni nada.

- ¿Y a qué hora es?

-Ya te lo mandaré todo, no te preocupes.

- ¿Por dónde?

-Por el mompon. -Dijo segura de sí misma.

-Yo no quiero esa mierda.

-Harry. -Me dijo poniendo las manos en mis muslos. -Si quieres ir a la presentación, deberías llevarlo.

-Me lo das cuando llegue.

-Está bien. -Dijo suspirando.

-Lo llevarán todo a recepción y llamarán para que lo recojas, con una condición; llevarás el traje que te mande.
No voy a consentir que lleves uno de baja calidad y menos de esos que te pones azul marino como cuando eras más pequeño.

-Está bien.

Cómo si me importara.

El coche llegó al hotel y Oscar salió del coche y me dejó salir de él y acompañarme hasta la puerta del hotel.

Cuando llegamos Oscar se llevó la mano a la oreja y me comunicó.

-Mañana llamarán, no salgas del hotel hasta que lo hayas recogido y cero acompañantes. Yo mismo te traeré el traje y esperaré en recepción, porque no me vas a decir la habitación, ¿verdad? - Me dijo resignado.

-Ya me vas cayendo bien. Todo bien, y tú ni una palabra de mi conversación, ¿entendido?

-Si señorito Besson.-Respondió tenso.

-Bueno, nos vemos pronto, procura ser mejor que esa chica. -Contesté socarrón.

-Si, señorito Besson. -Dijo realmente molesto.

Me adentré en el hotel con una sonrisa y no me monté en el ascensor hasta que mi madre se fuera.

No ha estado mal.




¡Hola!
Espero que este capítulo os haya gustado, tenéis otro capítulo cortito así que, seguid leyendo y buen día ❤️

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