El oscuro corazón de la reina (Daemyra) (Dark Rhaenyra)

Capítulo VII

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Otto Hightower no sabía lo que pasaba en el palacio hasta vio a varios hombres de aspecto rudo fuera del palacio y la guardia real junto a la reina en persona.

- ¿Qué es lo que sucede acá que ha requerido su presencia su majestad? No fui informado, es mi deber evitar que usted se esfuerce de más, sobre todo en su estado- dijo él y Rhaenyra sonrió sabiendo de sobra que él solo quería saber que sucedía. Ella solo le indicó que escuchara, porque la orden que daría la daría solo una vez.

- Quiero que vayan a pozo de dragones, encontrarán a Caraxes atado y controlado, así que el peligro será mínimo, quiero que arranquen algunas de sus escamas- dijo Rhaenyra y Otto Hightower cerró sus ojos.

- Podemos cortar la piel del dragón, será más efectivo- dijo un hombre de aspecto tosco y descuidado.

- Ser Criston- llamó Rhaenyra y el guardia real tomó su espada y mató al sujeto causando pánico entre todos.

-  ¿Fue la orden lo suficientemente clara? ¿O alguien necesita que se lo recuerde?- preguntó ella y nadie se atrevió a hacer siquiera una pregunta más.

- Su majestad ha hablado, escamas del dragón, no le hagan mayor daño- ordenó Criston Cole guiando el mismo la caravana de hombres que darían incluso a sus madres e hijas por un poco de oro.

- ¿Tiene algo que decir Lord Otto?- preguntó Rhaenyra que veía el rostro de Otto.

- El príncipe se ha contenido con usted hasta ahora, créame cuando le digo que correrá peligro si hace lo que creo que hará- advirtió Otto y Rhaenyra sonrió.

- ¿Cree que mi tío me haría daño? Mi tío no me haría daño, menos cuando su hijo está en mi vientre- dijo ella sonriendo acariciando su pancita que ya comenzaba a notarse.

- Cualquier hombre, incluso el más dócil, le haría daño si usted hace lo que quiere hacer- dijo Otto y Rhaenyra lo miró.

- No insista Lord Otto, mi decisión ya está tomada, si dice algo, no será usted el que morirá, deberá tener cuidado cuando esté cenando, porque será la cabeza de su preciosa Alicent la que le serviré en un plato- dijo Rhaenyra saliendo de allí mientras Otto cerraba los ojos.

Esa pequeña bruja era la peor desgracia que había conocido, tanto como para hacerlo sentir lástima de Daemon Targaryen quién fuera su peor enemigo hasta hace unos pocos meces.

Ahora sería capaz de hacer una oración por el bien de ese hombre que tenía la desgracia de ser el capricho de aquella pequeña bruja codiciosa.

Rhaenyra estaba nerviosa, no sabía su su plan funcionaría, pero tenía que, no había otra forma de quebrar a su tío y ella estaba cansada de que él creyera que podría ganarle algún día.

Sonrió cuando sintió el escándalo en la ciudad por lo que sucedía en pozo de dragones, por supuesto, Caraxes estaba atado, pero para nada era indefenso, era por esa razón que no había ido ella misma a sacar algunas de sus escamas. 

Cuando tuvo una bolsa llena de las escamas de Caraxes en su poder, pagó a los pocos sobrevivientes más del oro que prometió y ellos juraron guardar silencio.

Las escamas estaban limpias, lo que significaba que no le habían hecho daño, o al menos tanto daño.

Aún así, envió a Criston Cole a conseguirle sangre de serpiente para que su pequeño truco pareciera más real.

Se arregló y se vistió de negro, para finalmente quebrar ella misma a su tío.

Seguramente él había sentido ese escándalo en la ciudad, seguramente alguna doncella había susurrado algo y él había escuchado, ella sabía bien que él ya estaría enterado.