❝Todos los problemas de Lee HeeJin, o como ella se hace llamar; Jeon HeeJin, están comenzando a salir a la luz y por suerte o por desgracia no cuenta con el apoyo de su familia y sus hermanos, los cuales creen que la causa de su actitud de "chica pr...
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Estaba todo oscuro, y el silencio de la madrugada llenaba la casa. No me atreví a encender la linterna del móvil mientras me deslizaba hacia la puerta trasera de la cocina. Eran la 1:07 de la mañana, y estaba a punto de escaparme para ver a JiSoo, Jennie, Rosé y Lisa en un concierto clandestino en Itaewon. Con el corazón a mil por hora, apenas toqué el picaporte cuando las luces de la cocina se encendieron de golpe, haciéndome saltar del susto.
—¡Por Dios, ChanHee! —susurré, tratando de recuperar el aliento.
MinHee, con los ojos medio cerrados y despeinado, me miró confuso mientras se rascaba la cabeza. —¿Qué haces aquí a oscuras?
ChanHee frunció el ceño al verme vestida de pies a cabeza de negro y con las botas ya puestas. —¿Estás escapándote? ¿Otra vez?
Me mordí el labio, intentando mantener la calma. —Solo iba a... encontrarme con unas compañeras van a dar un concierto en un bar clandestino en Itaewon.—murmuré, evitándoles la mirada.
ChanHee abrió los ojos claramente sorprendido, mientras que MinHee seguía con su cara sueño.
—¿Y quién te ha dado permiso para ir? —Preguntó MinHee.
—Soy mayor de edad... casi.
MinHee soltó una risa entre dientes. —¿A estas horas? Ni sueñes que vas sola.
—¿Eh? ¿Qué? —pregunté, tan sorprendida como incrédula. La cara de ChanHee reflejaba casi lo mismo que la mía.
—No me mires así, Channie. —MinHee lo miró de arriba a abajo. —Eras tú el que quería "proteger y cuidar a nuestra hermanita pequeña". —MinHee imitó la voz de ChanHee de forma divertida.
—Eso no lo dije yo, lo dijiste tú —se defendió ChanHee, fingiendo ofenderse.
Interrumpí a mis hermanos. —No vais a venir.
Ambos me miraron.
—¿Y porque no?
Rodé los ojos y me crucé de brazos. —Pues porque no es vuestro ambiente, ¿ok? Hay mucho... ruido y gente que no conocen, así que yo...
—¿Y tú qué sabes, niña? —interrumpió ChanHee, antes de darme la espalda y caminar hacia su cuarto—. Dame cinco minutos.
—Pero...
MinHee me miró y se encogió de hombros, divertido. —Sabes lo cabezota que es cuando le pico. No hay forma de hacer que cambie de idea.
Suspiré, resignada. —Bueno, entonces... al menos vestiros de colores oscuros, nada llamativo, ¿vale? Por si pasa algo y tenemos que salir corriendo. MinHee abrió más los ojos sorprendido.
En el coche de ChanHee, apoyé los brazos en el respaldo de los asientos delanteros y les miré. —Recordar, si alguien pregunta por vuestros nombres, inventar alguno, ¿sí?
