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Para compensar que son capítulos cortos y que me ha ido bien el los exámenes, ¡mini maratón de nuestra parejita!

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—¿Dónde has estado todo este tiempo? —pregunté tomando su mano mientras caminábamos de vuelta a casa.

—Volví a... al pueblo en el que solía vivir. Visité nuestro viejo barrio. No iba desde que salí de la cárcel, lo último que recordaba era ver nuestra casa acordonada por la policía.

—¿Cómo fue volver?

—Extraño. En realidad las cosas seguían igual, había una familia nueva viviendo en la casa. Tienen dos niños pequeños. Espero que ellos sí puedan considerar ese lugar su hogar.

Iba a responder, pero como surgido de la nada, una mano tiró bruscamente de mi hombro.

—¿Tú eres la tía esa?

Miré al hombre de arriba abajo, parecía unos años mayor que yo, vestido con el uniforme de policía, me observaba con odio y enfadado. La mano de Kaiden se tensó debajo de la mía.

—¿Disculpe?

No entendía nada, pero todos mis sentidos se habían puesto alerta. Retrocedí, deseando alejarme de ese hombre todo lo que pudiera.

—Sí, eres tú. ¿De qué coño vas? Soy amigo de Sean, ¿sabes? Y no puedo creer que saliera con una zorra como tú. Le estás jodiendo la vida.

Cuando Kaiden hizo el amago de acercarse a él, tiré de su mano para que se detuviera.

—Oiga, yo...

—Tú y todas esas locas de mierda. ¿No tienes otra cosa que hacer que ir por ahí llamando la atención? No eres más que una puta cría que no tiene ni idea de nada. Debería darte vergüenza ir por ahí contando todas esas mentiras para que la gente te haga un poco de caso. Pero esto no se quedará así, te has metido con la gente equivocada.

Esta vez no conseguí detener a Kaiden, que caminó hasta él, mirándolo con frialdad. Se detuvo a unos centímetros de él, con todos los músculos contraídos. El corazón me latía a toda velocidad.

—¿Acabas de amenazarla? —replicó.

—¿A ti qué coño te importa, gilipollas? A la mierda —esquivó a Kaiden, y caminó directamente hacia mí. Intenté apartarme, pero agarró mi muñeca, clavándome las uñas—. Vienes conmigo a comisaria, seguro que Sean estará encantado de decirte unas cuantas cosas. Por hija de puta.

En un pestañeo, Kaiden se abalanzó sobre él. Grité, petrificada en mi sitio, cuando ambos rodaron por el suelo hasta que Kaiden quedó sobre el desconocido y empezó a golpearlo.

Los gemidos de dolor se escuchaban por toda la calle.

Reaccioné e intenté acercarme a ellos.

—¡Kaiden! ¡Kaiden para! —grité.

Ni siquiera parecía estar escuchándome. Miré preocupada como la gente que pasaba se detenía a nuestro alrededor. Esquivé un codazo cuando volví a intentar separarlos.

—¡KAIDEN!

Alguien llamó a la policía.

No fue capaz de separarlos. En algún momento, los gritos del agente dejaron de escucharse.

Los primeros coches patrulla llegaron quince minutos después. Policías que conocían al hombre que Kaiden estaba golpeando; sus amigos. Hicieron falta tres personas para sujetar a Kaiden y otras dos para llevar al desconocido a la ambulancia.

Creo que grité en algún momento mientras él tiraba de los brazos de los policías para que lo soltaran. Le obligaron a entrar en la parte trasera de uno de los coches de policía.

—¡Kaiden! ¡No! ¡Kaiden! —grité, corriendo hacia el vehículo— ¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta!

Tiré de la manilla, intentando abrirla, pero los cerrojos ya estaban echados. Una mano me agarró con fuerza de la muñeca y me alejó de un tirón. Era uno de los policías.

—Vienes a comisaría. Tenemos que tomarte declaración.

—¡¿A dónde se lo llevan?! ¡No pueden hacer esto!

Si podían, estaban en su total derecho de hacerlo, pero eso no iba a hacerme reaccionar.

—Vamos a comisaría a tomarte declaración, elige si quieres hacerlo por las buenas o por las malas. Irás de todas formas.

Volví a intentarlo. Sentía que me costaba respirar.

—¿A dónde se lo llevan?

—A comisaría. Tu novio ha agredido a un policía. No tengo todo el día para esto.

Volvió a tirar de mi muñeca y esta vez le seguí. La única esperanza que tenía era que ese coche me llevara a la misma comisaría que a Kaiden.

Todo era tan... irreal.

Ni siquiera pensé en que, si me estaban llevando a una comisaría, estaba dejando que me arrastraran junto a Sean.

A Bad Badboy || EN CORRECCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora