capitulo 41

1K 162 8
                                    

"Suspirar" últimamente he sentido cierta tensión en mi familia, desde que Oriol sea empeñado en querer casarse con Maximiliano las cosas se han vuelto de está manera.

¿Por qué ese niño adorable que no le importaba cosas como esas, se está convirtiendo en alguien completamente diferente? ¿Dónde está ese niño que decía que se quedaría en casa con sus padres para siempre? No lo sé, estoy empezando a desconocerlo.

Mi esposa en vez de ponerle un alto lo alienta a seguir con esa decisión irracional, sé que el destino es importante. Sin embargo, ¿cómo puede ser el destino si Maximiliano no se ve afectado?

Cómo alguien con experiencia en esa área, puedo decir que desde el momento en que miras a los ojos a ese persona, quieres quedarte viéndolo para siempre y jamás alejarte de él o ella. Así de extraño y embriagador es el destinó para los destinados.

Oriol asegura haber sentido eso, no quiero desconfiar de su palabra, pero los hechos dicen algo completamente diferente a lo que él aseguro sentir ese día.

Rodolfo también refuerza la palabra de nuestro hijo, él estuvo presente cuando sucedió eso y logró ver la expresión, situación de Oriol.

Por más que ame a mi hijo no estoy de acuerdo en obligar a una persona hacer algo que no quiere, aceptar eso es ir contra mis principios y todos los valores que defiendo con tanta convicción.

Cómo alguien que ya se casó la primera vez por conveniencia estoy más que consiente de la importancia, gracias a Dios mi difunta primer esposa era alguien amable, compresiva. Al principio no nos queríamos y solo nos veíamos como buenos amigos, sin embargo con el tiempo nos enamoramos.

De ese amor nació Scott, ese niño que también cada día se encuentra más descarriado. Es bueno en su trabajo de eso no tengo la más mínima duda, pero es demasiado promiscuo no quiere sentar cabeza.

A él tampoco quiero obligarle a contraer matrimonio sino lo desea, pero me gustaría que encontrará un buen chico o chica lo que más le guste.

—¿En qué piensas tanto?—La persona que acaba de llegar, tomo asiento frente a Felipe.

—¿Uh, maestro Nelsons?—¿Qué hace por estos rumbos?—¿Qué lo trae por aquí?

—Solo daba vueltas al alrededor en busca de una nueva casa.—Comentó.—Me cansé y vine por una taza de té helado.

Él también tenía mucho en que pensar, no hace mucho su hijo Tadeo lo cuestiono de mil manera al tiempo que le reclama porque no se a dignado en darle la cara a Nikita.

Que le debería de importar una mierda las circunstancias que lo llevaron a no poder pararse enfrente de Nikita, que su deber y responsabilidad es pedirle una oportunidad para hablar.

Mas no sabía Tadeo que esas circunstancias que mantienen a raya a su padre, se podría considerar el mismísimo demonio. ¿Cómo ir encontra de eso?

—¿Tú qué haces aquí lejos de la empresa?—Está cafetería queda a veinte minutos de distancia.

—Solo quería despejarme mi mente un rato, tengo tanto en que pensar maestro Nelsons.—Suspiró profundamente.—¿Crees en el destino?—Preguntó.

—El destino es una palabra complicada al igual que los misterios que hay detrás de el, creer o no creer en el no es una opción.—Le da un pequeño sorbo a su té.—Dejarte vencer o influenciar por el es lo que vendría siendo el problema, sin ofender.

Soy consciente que Felipe y su actual pareja son destinados, algunos lo consideran suerte y otros una maldición.

—¿Es por lo que puede destruir el destino? ¿Una relación?

Rosa sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora