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El resto de la semana me sumerjo en mis estudios y en mi trabajo en Clayton's. Samy también está muy ocupada organizando su última edición de la revista de la facultad antes de ceder su puesto al nuevo responsable, y además también está estudiando para los exámenes. Hacia el miércoles se encuentra mucho mejor y ya no tengo que seguir soportando la visión de su pijama rosa de franela rosa lleno de conejitos. Llamo a mi padre, que vive en Georgia, para saber como está y para que me desee suerte en los exámenes. Empieza a contarme su última aventura: está aprendiendo a hacer velas. Mi padre se pasa la vida emprendiendo nuevos negocios. Básicamente se aburre y necesita hacer lo que sea para ocupar su tiempo, pero le es imposible centrarse en algo mucho tiempo. Me preocupa. Espero que no haya hipotecado la casa para financiar este último proyecto. Y esperó que Jschlatt. Su relativamente nuevo marido, aunque es mucho mayor que él, lo controle un poco ahora que yo ya no estoy en casa. Parece mucho más responsable que el marido número tres.

- ¿Cómo va todo, Roier.?

-dudo un segundo, y mi padre centra toda su atención en mí.

-Muy bien.

-¿Roier? ¿Conociste a alguna alfa?

Uf, ¿como se le ocurre? Es evidente que está entusiasmado.

-No, pa, no pasa nada. Si conozco si conozco algún alfa serás el primero en saberlo.

-Roier, cariño, tienes que salir más, Me preocupas.

-Pa, estoy bien. ¿Qué tal Jschlatt?

Como siempre, la mejor táctica es la distracción.

Esa noche. Más tarde, llamo a Luzu, mi padre, el marido número uno de mi madre. El hombre considerado mi padre cuyo apellido llevo. La conversación es breve. En realidad ni siquiera es una conversación. Sino una serie de gruñidos en respuesta a mis discretos internos. Luzu no es muy hablador. Pero es muy activo, sigue viendo el futbol en la tele (y cuando no esta viendo el fútbol, juega a los bolos, pesca o hace muebles). Luzu es un buen carpintero, y gracias a él sé diferenciar una espátula de un serrucho. Parece que todo le va bien.

El viernes por la tarde Samy y yo estamos comentando qué hacer. Queremos descansar un poco del estudio, el trabajo y las revistas de la facultad. Cuando llaman a la puerta. En los escalones de la entrada está mi buen amigo Cellbit con una botella de champán en las manos.

-¡Cellbit! ¡Qué alegría verte! -lo abrazo. -Pasa.

Cellbit es la primera persona a la que conocí cuando llegue a la universidad, y parecía tan perdido y solo como yo. Aquel día nos dimos cuenta de que éramos almas gemelas, y desde entonces somos amigos. No solo compartimos el sentido del humor, sino descubrimos que Luzu y el padre de Cellbit estuvieron juntos en el ejercito, y a partir de ahí nuestros padres se hicieron también muy buenos amigos.

Cellbit estudia ingeniería. Es el primero de su familia que va a la universidad. Es un tipo brillante, pero su auténtica pasión es la fotografía. Tiene un ojo estupendo para tomar fotos.

—Tengo buenas noticias. -dice con sus brillantes ojos azules.

—No me lo digas: también esta semana te las arreglaste para que no te despidan... -bromeo.

Los Juegos Oscuros De Un MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora