04: El mejor del mundo.

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⚠️ Para continuar con la trama de la historia, lo mejor que pueden hacer es imaginarse que el gol contra México, a los 87 minutos,  lo hace Leandro Paredes y no Enzo Fernández ⚠️

Leandro es consciente de que el vínculo que tienen su hija y su pareja es muy fuerte, Enzo se la pasa encima de Victoria cómo si tuviera miedo de que alguien pudiese arrebatársela de las manos. La lleva a sus entrenamientos, se bañan juntos, salen ellos dos solos y el Omega no se va a su cama hasta no ver qué la niña esté durmiendo tranquilamente.

Sabe qué Victoria tiene un amor especial por Enzo y está bien con eso; pero, a veces, le gustaría que su hija demostrara que no solo lo quiere para conseguir cosas cuando el Omega no quiere dárselas.

Fernández siempre le dice que su cachorra lo ve como su ejemplo a seguir y que, realmente, lo respeta mucho; pero Paredes cree que solo está tratando de hacerlo sentir mejor.

Sin embargo, hoy descubrió que aquellas palabras, dichas por su pareja, en varias ocasiones, no eran una mentira.

El partido contra México llegó y todo el equipo salió a la cancha con el objetivo de salir vencedores; lo cuál se dió, con un resultado de 2 a 0, que alegró al país entero. Y uno de los dos goles que marcaron fue de Leandro.

Luego del festejo en la cancha, fueron a los vestuarios, en dónde apenas pisaron el suelo de este, unos diminutos bracitos rodearon sus piernas, manteniéndolo inmóvil en la entrada; al bajar la mirada vió el rostro lleno de felicidad de Victoria.

— ¡Lo hiciste, papi! ¡Metiste un gol! — La niña exclamó eufórica — ¡Teno al mejol papá del mundo!

Leandro sentía ganas de llorar, muy pocas veces su hija lo halagaba de esa manera, diciendo que era el mejor del mundo. Había dado por hecho que nunca podría quitarle ese puesto a Enzo.

Pero acá estaba, escuchando a su cachorra gritar eufórica por lo que había hecho y, sin apartarse de él ni un milímetro. El Alfa agarró a su hija y la levantó del suelo para alzarla en sus brazos, a lo que esta no dudó en aferrarse a su cuello.

— Te quielo mucho, papi.

— Yo también, Vicky, más de lo que imaginas.

Luego de aquel emotivo momento, que fue presenciado por todos, se dió comienzo al gran festejo.

Esa misma noche, luego de que todo terminó, Leandro miraba al techo de la habitación, mientras acariciaba el cabello de Enzo; pensando una y otra vez en lo que sucedió con su hija, la cuál dormía plácidamente en la cama de al lado.

— ¿Lo escuchaste, Enzi? Dijo que era el mejor del mundo, que YO era el mejor del mundo.

— Sí, amor, estuve ahí — El Omega respondió somnoliento — Me cansé de repetirte que para ella, vos sos importante; solo que no le gusta expresar lo que siente, como cierta personita que conozco.

— Bue, si yo me expreso re bien.

— Ponele — Enzo le dió un pico a su pareja antes de acomodarse en la cama — Ahora dormí que mañana tenemos que levantarnos temprano.

La habitación quedó en silencio unos pocos minutos, ya que Leandro volvió a hablar, arruinando la tranquilidad.

— ¿Entendés que le gustó más mi gol que el de Messi?

— Dios, Leandro, cerrá el orto y dormí.

Pero no podían culpar al Alfa, él estaba feliz de saber que su hija lo admiraba y amaba un montón; incluso, más que al famoso Lionel Messi.

Un crío en la Scaloneta - Enzo & Leandro [Adaptación]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora