CAPÍTULO TRECE

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Apenas había salido el sol y al abrir los ojos tenía a Jungkook entre sus brazos. Miró a su alrededor para ubicarse en el espacio y recordó la magnífica noche que habían pasado juntos. Recordó haberle hecho el amor un algunas veces más durante la noche, la forma en que Jungkook se había entregado a él sin reparo ni condiciones, como siempre la pasión había fluido en ellos y por fin habían caído rendidos cuando el cielo había cambiado de manto negro a pequeñas vetas púrpura y naranja.

De pronto sonidos de pasos resonaron en el primer piso y los movimientos de los animales al recibir su comida.

-Van a bajar de ahí o se quedarán viviendo para siempre en el lugar -la voz inconfundible de Timothy le hizo brincar. Con el movimiento Jungkook se despertó y al mirar a Jin sonrió, pero la sonrisa se borró automáticamente al escuchar la puerta del granero ser cerrada.

-¿Quién era?. Dime por favor que no era Sarah o Taehyung, moriría si fuese uno de ellos -se quejó Kook.

-Bueno amor, creo que vas a vivir por mucho tiempo. Era Timothy -le respondió -Por cierto, buenos días bebé. -sonrió Jin.

-Tuve la mejor de la noches Jin -afirmó el pelinegro cuando Jin beso su cuello.

-También yo amor, también yo. Ahora tenemos que limpiarnos, ducharnos y desayunar. Así qué, andando corazón -dijo Jin.

Después de más besos, caricias y un par de suaves azotes en el culo se dirigieron hacia la casa. Sarah los miró con absoluta complicidad y les entregó sus desayunos sonriendo.

Tae que entraba a la cocina terminando de cerrar su camisa del uniforme que usaba las mañanas se acercó a su esposa, tras darle un beso y acariciar su incipiente vientre les saludó a ellos.

-Creo que tuvieron una muy buena noche, a juzgar por las pajas secas que tienen en el cabello. -sonrió al notar que abrieron los ojos como platos e instintivamente llevaron sus manos a sus cabellos sin encontrar nada.

-Ja, los pillé -les dijo con una sonrisa, ganándose un suave codazo de su esposa.

-¿Qué dije mi amor? Es mejor ver que pasaron en el granero de nuestra casa y no con la tensión e incomodidad que había entre ellos.

Taehyung estaba al límite al verlos pelear o discutir por estupideces y llevar la ley del hielo como un par de colegiales estúpidos.

-Pues sí cariño, pero no te corresponde avergonzar a nuestros invitados -le dijo Sarah poniéndole el plato con una tortilla de huevos rellena de papas y tocino. Puso más rodajas de pan caliente y mermelada casera de frambuesa. Llenó de más café las tazas de todos y se sentó a desayunar.

Su reciente embarazo no le permitía comer mucho. Estaba lidiando con estragos terribles, por lo que a su vaso de zumo de naranja le acompañó rodajas de pan casero y jalea.

Decidieron caminar hasta un arroyo que había cerca después de que se bañaran, claro que la ducha fue extensa y la disfrutaron por completo.

Mientras iban caminando hablaron de su relación antes de que concluyera, de su bebé que ahora estaba en manos de su tío Yoongi, de sus trabajos y de la fatal entrevista que llevó el final de su relación.

-Pero no entiendo Jinnie. ¿Por qué lo negaste sin siquiera dudar? Había otra manera de disuadir al idiota de Norman. Pero ni siquiera titubeaste.

-Lo sé mi amor. Sé que te lastimé y herí como juré nunca hacerlo. -dijo Jin tomando por la cintura a Jungkook, lo puso frente a él y le besó.

-Nunca debí decepcionarte así, jamás debí hacerte sentir como que tu y nuestro futuro juntos estaba por debajo de mi carreta. Cuando volví a casa ya te habías marchado con Taquito, Jungkook deseé morir. -le explicó al pelinegro que se asustó al escuchar la última parte de esa declaración. No, no podía creer que Jin quisiera algo así, aunque incluso él mismo muchas veces sintió que una parte de él moría sin el pelicastaño.

-Cuando nos dispararon no dudé en protegerte, no podía verte en peligro y no hacer nada. Jungkook, eres el hombre perfecto, lo que siempre deseé, cuando te tuve en mis brazos la primera vez que salimos juntos toqué el cielo y cuando me dejaste besarte fue como probar el más exquisito elixir. Cariño, hacerte el amor debería estar catalogado como lo más cercano a conocer el cielo, te amo Jeon Jungkook. Te amo con cada fibra de mi ser y no hay nada ni nadie que pueda cambiar ese hecho -le confesó Jin, Kook no podía salir de su asombro, no había notado las lágrimas hasta que Jin las retiró y suavemente se fundieron en un beso que no necesitaba explicaciones, todo estaba completamente claro al separar sus bocas. El amor siempre estuvo ahí, esperando una señal para hacerlos arder nuevamente y sólo podían encontrar placer y amor en los brazos del otro.

-Lo siento mucho mi amor. Estaba tan dolido que no dejé que explicaras, simplemente salí corriendo porque no quería escucharte. No me comuniqué y dejé que mi corazón te anhelara por un año, rompiéndose cada vez que te veía. Yeobo, lamento no haber permitido que me contaras que estaba pasando. -afirmó Jungkook, no podía creer cuánto dolor se habría evitado de haber escuchado a Jin desde el comienzo.

-Quiero que me aceptes nuevamente Kookie, quiero mi vida contigo. No quiero pasar ni un solo segundo de mi vida sin ti nunca más. Kook, bebé cuando volvamos a Los Ángeles -miró los ojos de Jungkook que analizaban todo lo que decía. -Cásate conmigo. Jeon Jungkook dame el inmenso placer de llamarte mi esposo ante las cámaras, ante nuestras familias y ante el mundo entero.

Jungkook que estaba en estado de shock, saltó a los brazos de Jin y le rodeó el cuello con sus manos y le besó, con ganas, con anhelo, con aceptación. Él estaba aceptando casarse con Jin y no había nada que le hiciera más feliz de lo era justo ahora.

-Sí, siiiiii Jin, claro que quiero ser tu esposo. Quiero que legalmente ante nuestros padres y entorno seas mi esposo. Te amo yeobo, te amo inmensamente.

Ahora todo estaba en su lugar. El dolor no volvería y ellos al fin estaban juntos de nuevo.

Nos leemos más lueguito, son las 2:58 de la mañana aquí 🤭🤭
Al fin se nos arreglaron este par.

MAL DÍA PARA VERTE (JINKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora