Rumbo a los polos 2

Comenzando de nuevo

Tras la decisión del joven, Andrea y las chicas tomaron a la mamá de Marcos a la fuerza para llevársela de ahí mientras ella lloraba desconsolada e impotente por saber que la vida de su hijo acabaría apagándose más pronto que tarde.

En el trayecto de huida de aquel lugar, los llantos desconsolados de la señora, llamaron la atención de unos pocos infectados que estaban cerca, las chicas se percataron de eso y aunque sabían que era culpa de la señora, no se lo reprocharían porque era entendible su llanto, aun así, no había momentos para consolarla ya que los infectados comenzaron a gritar o mejor dicho, a comunicarse entre ellos por medio de gritos, haciendo que más infectados aparecieran y comenzaran a corretear a las chicas. Ellas empezaron a correr lo más que podían pero, en un momento mientras corría y lloraba, la mamá de Marcos se detuvo, el resto les preguntaron qué hacía y le advirtieron que debía continuar corriendo, pero ella se negó y dijo que ya no iba a seguir huyendo de esas cosas, porque por culpa de los infectados perdió todo lo que ella tenía y quería de alguna forma, cobrar venganza, por lo que la señora se dio la vuelta y con una mirada desafiante pero llena de lágrimas, se quedó parada para intentar hacerles frente a la horda de infectados que corrían hacia ella. Karen y Andrea se quedaron por unos segundos mirándose entre ellas, mientras que Jessica les decía que debían huir y dejar a la señora atrás, las chicas voltearon a ver a Jessica y le dijeron que, si se quería ir, que se fuera, a lo que esta no dudó ni un solo segundo y se marchó.

Los infectados estaban a solo 20 metros de las 3 chicas que se habían quedado paradas a hacerles frente. Un infectado rojo apareció de golpe por encima de un auto y se lanzó directamente hacia la señora quién viendo lo que pasaría, gritó fuertemente de rabia esperando a que el infectado se le lanzara, para ella intercambiar golpes con aquel monstruo, pero antes de tan siquiera hacer contacto la señora con el rojizo, el grupo de infectados que corrían hacia las chicas, se lanzaron a atacar al infectado rojo. Las 3 se quedaron asombradas por lo que estaban viendo, entre todos esos infectados despedazaban vivo a aquel rojizo que parecía gritar de dolor y agonía. Andrea le dijo al resto que era la oportunidad para huir y aprovecharon ese confuso momento para salir corriendo de ahí de manera agachada y así no ser vista por los infectados.

Cuando lograron alejarse lo suficiente de la horda, las chicas se sentaron tras un coche y tomaron aire para recuperarse un poco de todo lo que había pasado.

Karen: - ¿Qué demonios pasó allá? ¿Por qué actuaron así lo infectados? -

Andrea: - ¡No lo sé, pero fue lo mejor que nos pudo haber pasado... si no, quizá ya estaríamos muertas y hechas mil pedazos! –

Señora Lucia: - ¡Lo siento chicas, no quería ponerlas en peligro a ustedes... yo solo... solo quería desquitarme con una de esas cosas antes de morir! –

Tras decir esas palabras, la señora Lucia rompió en llanto nuevamente a lo que las chicas reaccionaron abrazándola y dándole consuelo por su trágica perdida.

Karen: - ¡Sé exactamente cómo se siente señora, si bien yo los quiero como mi familia, Leo lo era todo para mí... y ahora ya no está más conmigo! –

Andrea: - ¡Chicas, intentemos tranquilizarnos, los hombres de nuestra familia dieron sus vidas para que nosotras sobreviviéramos, no podemos dejar que el sacrificio de ellos haya sido en vano, tenemos que llegar a los polos, es lo que ellos hubiesen querido! –

Señora Lucia: - ¡lo sé, pero...! ¿Cómo llegaremos a los polos? ¡Podemos llegar a pie hasta la Patagonia...! ¿pero y de ahí como llegamos hacia los polos? –

Durante todo el viaje que habían recorrido, nunca se les había pasado por la mente aquel dato, todo se volvía confuso para las chicas, solas, aparentemente indefensas, sin una guía y sin saber a dónde ir exactamente, las chicas habían quedado estancadas en un mar de dudas y temores al no saber que más hacer.