Alessandra
Intento abrir los ojos, pero los siento muy pesados y me siento muy mareada y cansada, no puedo recordar bien lo que ha sucedido, me siento muy confundida. Cuando al fin puedo abrir los ojos, me doy cuenta de que esta no es la habitación de mi casa observo confundida y no puedo reconocer en el lugar en el que estoy, observo mi brazo y veo que lo tengo vendado, de pronto varios recuerdos llegan a mi mente, la fiesta, Dereck y las explosiones ... mi encuentro con Christopher mientras despertaba de mi desmayo y comienzo a recordarlo todo ... mi hija Isabella ... ¿Dónde esta Isabella? ....
Me levanto rápidamente de la cama con un poco de dificultad debido al mareo que aun siento y camino hacia la puerta intento abrirla, pero está cerrada. No, no me puede estar pasando lo mismo otra vez me desespero y comienzo a gritar y a golpear la puerta para que me abran necesito ver a mi hija.
- ¡Abran la puerta! ¡quiero ver a mi hija! ... ¡Isabella! ¡Isabella! – grito lo más fuerte que puedo con lagrimas en mis ojos, pero nadie abre la puerta.
Derrotada caigo al suelo, llorando descontroladamente no se dónde estoy y quien me ha traído a este lugar y tampoco se nada de mi pequeña Isabella quiero verla debe estar muy asustada al no tenerme a su lado jamás me he separado por mucho tiempo de ella. Pasan las horas y yo sigo gritando para que me abran la puerta, hasta que por fin veo que la puerta de la habitación se abre y la felicidad vuelve a mi ...
- ¡Mami! ¡Mami! – me dice mi pequeña mientras corre a mis brazos y las lagrimas no paran de caer por mis mejillas al ver a mi bebe y no dejo de darle mucho besos y abrazos - ¿Por qué lloras mami?
- ¡hola, mi amor!, lloro porque te extrañaba mucho – le digo mientras me seco las lágrimas de mis mejillas.
- Yo igual te extrañaba mucho mami, pero ya no llores más – me dice con esa vocecita tan tierna que me derrite.
- Papi nos compro una nueva casa – me dice y es ahí que me doy cuenta de que Christopher nos observaba desde la puerta de la habitación y tomo rápidamente en brazos a mi hija.
- Buenos días, mi amor ¿cómo sigue tu brazo? – me dice como si nada hubiera pasado, mientras se acerca para darme un beso, pero yo retrocedo.
- Buenos días – solo para no discutir delante de mi hija – Creo que tu y yo debemos conversar.
- Si es verdad, pero bajemos al comedor y tomemos desayuno como "Familia" y luego podremos conversar de nuestros asuntos – para que Isabella no se de cuenta de lo que esta pasando mientras toma a mi hija en brazos.
- Necesito darme una ducha – le digo para que salga de mi habitación.
- Traslade toda tu ropa para acá, me llevaré a "nuestra hija" – me dice haciendo énfasis al decir Nuestra hija – te estaremos esperando en el comedor.
Le doy un beso a mi hija Y Christopher se la lleva de la habitación. Una sensación de alivio llega hasta mi cuerpo al volver a ver a mi hija y saber que esta sana y salva, ya que no confió en Christopher se que me esta escondiendo muchas cosas que debo saber de alguna u otra forma, pero averiguare que es lo que tanto me oculta. Lo que si me tiene un tanto preocupada es la conversación que quiere tener Christopher y es ahí donde debo averiguar que esta pasando y volver a ganarme su confianza... pero antes debo tratar de comunicarme con Dereck para que me ayude a salir de acá con nuestra hija, ya que estoy segura de que Christopher tiene algo planeado y no es nada bueno lo puedo intuir, ni siquiera sé dónde nos encontramos.
Luego de tomar una refrescante y relajante ducha luego de tolo lo sucedido en la noche, todos mis músculos estaban muy tensos y agarrotados y el agua caliente me ayudo a que se relajaran un poco y desanudaran algunos nudos que tenía, me dirijo al closet y me doy cuenta de que todas mis cosas están acá, zapatos, ropa, joyas y maquillaje Christopher ha trasladado todo hasta este lugar.
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Diamantes de seducción.
De TodoAlessandra Ricciardi es una hermosa joven, hija de un famoso joyero. Toda su vida ha sido completamente normal y perfecta, pero rodeada de mentiras. Pronto será el cumpleaños nº 21 de Alessandra el cual lo celebrara a lo grande, lo que no se imagina...