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A Rodrigo le encantaba vestirse con faldas, medias, shorts o incluso sudaderas largas. Le gustaba mucho ese tipo de estilo, además de que le queda realmente bien y se veia muy lindo.
Aunque también gracias a su manera de vestir, era víctima de diversos alagos. Ya fuera de amigos o incluso de gente que pasaba por la calle, esos eran para él los más incómodos pero solo los dejaba pasar. Pero Iván no.
Iván era el novio de Rodri y se caracterizaba por ser alguien bastante celoso, no hasta el punto de ser tóxico, pero si lo suficiente como para pensártela antes de volver a chulear al menor.
Pero había alguien que no comprendía eso del todo y le encantaba hasta toquetear al castaño en frente de él. Tomás. Uno de los amigos de Rodri, que le encantaba coquetear de manera descarada con el menor, sabiendo que su novio estaba en el mismo lugar que él.
Y claro que este día no sería la excepción. . . . . . . . . . . . . . . –Carre!– Martín salió a recibir a la parejita. Bueno, en especial al menor–Que lindo te ves– le revolvió el pelo y el castaño solo sonrió
Iván no hizo nada al respecto, no tenía nada en contra de Martín
–Mi Ro, ya llegaste!– pero sí en contra de él. De la puerta de la casa salió un hombre con los brazos extendidos hacía Rodrigo
–Tomi!– Rodrigo fue a abrazar al más alto y le dio un abrazo. Gracias a su diferencia de altura el menor se puso de puntitas y su falda se hizo un poco hacia arriba y Tomás solo le veía las piernas, mientras se mordía el labio de manera descarada
No mentiría. Sentía como le hervía la sangre al ver como "Tomi" solo miraba el cuerpo de su novio como un total pervertido
La voz de su amigo Oscu lo sacó de sus pensamientos y no le quedó de otra más que solo ver como Tomás se llevaba a Rodrigo dentro de la casa y que tenía su mano posada en su cintura
Entró con Martín y Oscu hablando de cualquier tema como si estuviera poniendo atención, cuando en realidad solo seguía con la mirada al de tatuajes pendiente de cualquier movimiento indecente, para poder ir y partirle el hocico ahí mismo
También estaba Germán, mejor conocido como Uni por sus amigos. Igual se unió a la plática que tenían Iván, Martín y Oscu, mientras que Tomás y Rodrigo hablaban de cualquier cosa. En realidad solo hablaba el castaño, el de tatuajes no dejaba de comérselo con la mirada y el no estaba ni por enterado.
Tomás no disimulaba ni un poco. Mordía su labio cada que Rodrigo cruzaba sus piernas y sus muslos se descubrían de debajo de la falda corta que llevaba. Veía el movimiento de los rojitos labios del castaño cada que él hablaba y no dejaba de insinuarle cosas
