El tamaño de la amenaza.

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Es pronto aún, cuando salimos de la ducha juntos, pero mientras nos vestimos escucho a la pequeña Ana, que ya está despierta en la habitación de al lado. Vamos a darles los buenos días y después, yo preparo los desayunos de todos, mientras Aitor levanta a las niñas y a Ion y les viste. Ha amanecido un día templado y desayunamos en la terraza con Iru jugueteando alrededor. Las niñas desayunan a toda velocidad para poder jugar con él. Después llega Aitana. Susana se ha quedado preparando maletas para su viaje. Nos quedamos en la terraza charlando Aitana, Aitor y yo, acerca de los objetivos inmediatos del proyecto en Newark cuando llaman a la puerta exterior. Leire me trae después un sobre que ha traído en mano uno de los escoltas de Patricia, que estuvo ayer aquí. Llamo a Ane Cesnero y les invito a ella y a Andoni a comer. Abro el sobre, sin decirle a Aitor de que se trata, sin permitir que mi semblante me delate, pero es grave. Yo ya lo suponía.

Poco más tarde llega Susana y dedicamos la mañana a jugar todos con las niñas y a forzar a Ion para que ande y gatee en seguirlas a todas partes. También tomamos un aperitivo cerca del acantilado hablándole a las niñas de la mar, contándoles historias de marineros y aventureros. Ellas atienden fascinadas ante la idea de adentrarse en la mar hasta dejar de ver tierra firme. También se suman a ese aperitivo Ane y Andoni. A este, hoy, se le nota más relajado en nuestro círculo y hasta se revuelca con las niñas sobre la hierba jugando. Parece un buen tipo.

Se dan conversaciones cortas muy significativas en varias ocasiones. Algunas naturales, como cuando Aitor se acerca a mi oído y me susurra que me agradece el momento de esta mañana y mi ayuda en su recuperación sexual, y me anuncia que si le voy a curar haciéndole felaciones antes de que hagamos el amor, que soportará muy gustoso la rehabilitación. O la que tengo con Susana cuando me pregunta acerca del mismo tema y le cuento que esta mañana hemos tenido un encuentro sexual con un resultado aceptable, para el estándar anterior. También entiendo por natural el tiempo en que Susana y Aitana se han apartado del grupo al principio, programando los detalles del viaje o cómo gestionarán la distancia con sus hijas.

Otras conversaciones resultan más inusuales como la que tengo con Aitor, en la que le adelanto que Ane y Andoni vienen a causa del sobre que ha llegado y la que tienen Susana y Aitor lejos del grupo, en la terraza de la Piscina, en la que los dos están muy serios y se les nota emocionados. Pero la conversación más preocupante, es la que tengo yo con Ane y Andoni, en la que les informo sobre quién aparece como titular de la cuenta desde la que se pago el alquiler de la furgoneta implicada en el accidente de Aitor y Ion. Sé que, aunque Ane se ha enfadado porque me haya involucrado en la investigación, agradece el avance, que desde la policía, jamás se habría podido llevar a cabo.

A las dos, tomamos una copa de vermut en la piscina mientras damos de comer a los pequeños y después pasamos adentro a preparar la comida del resto. Aitor cocina una gran paella mixta al estilo valenciano, incluido el socarrat que siempre le queda increíble, mientras los demás preparamos entremeses y ponemos la mesa. Aitana y Susana duermen a las niñas y a su primo en el dormitorio de ellas. Después, comemos en un ambiente muy familiar y relajado. Con el café, saco el tema más importante del que quiero hablar.

Yo-. Ayer, por pura fortuna, me llamó Patricia y pudimos pasar una buena tarde con ella, pero antes de venir a casa, ella se interesó por mi estado y por mi seguridad, porque le llamó la atención verme escoltada por Gotzon y Paula. Le conté todo. Aproveché y le di el número de cuenta que me había proporcionado Ane, desde el que se pagó el alquiler de la furgoneta. Hoy he recibido la información de la cuenta. Patricia ha utilizado su influencia internacional para averiguar el titular y se trata de “Panamá Iberia “, la sociedad inversora que representa el abogado Puente. No es una casualidad. Xavier Azpuru, el director de sistemas informáticos de la empresa, ha detectado intentos de hackeo, una semana anteriores a esa fecha, que como fueron abortados sin problemas, quedaron en el montón de los ataques discrecionales, como si hubieran sido fortuitos. Pero el análisis del lenguaje informático de los virus que usaron para intentar entrar en el sistema, ahora le preocupa por qué estaban dirigidos específicamente para la toma del sistema de Baskdone. Esto hace que nos tengamos que tomar más en serio al señor Puente y a su representado, sea quien o quienes sean.

Susana-. ¿Qué sabemos de ese abogado que pueda ayudarnos?, porque supongo que los titulares de esa sociedad no serán identificables fácilmente.

Yo-. La cuenta es totalmente opaca. Ni Patricia ha podido averiguar nada más que el nombre de la compañía, que coincide con la información que nos dio Puente. De este, solo sabemos que lleva trabajando con narcos y con el crimen organizado nacional, los últimos treinta años. Es un psicópata, que llegó a denunciar a una pobre muchacha venezolana de diecisiete años, a la que un cartel trajo al país para prostituirla y esclavizarla. Uno de los clientes de puente la secuestró, la torturó y violó durante tres días, casi matándola. El letrado alegó que la chica se había aprovechado de su físico para seducir a su cliente y que cuando esté, quiso contraer matrimonio con ella, la mujer le ofendió riéndose de su masculinidad, y que por ese trato vejatorio el cliente entró en un episodio de locura transitoria producida por la manipulación sentimental de ella. Llegó a pedir treinta años de cárcel para la pobre chiquilla.

Aitor-. ¿Podemos deducir de su cartera de clientes quién puede estar detrás de la operación?.

Ane-. Estamos trabajando desde ayer en eso, pero la lista de clientes es larga y abarca a lo más granado del crimen nacional. Todos jefes de bandas muy fuertes, pero sin aparentes conexiones entre ellos. Lo dudo.

Aitana-. ¿Estamos seguros?, ¿ qué más amenazas debemos esperar de ellos?.

Yo-. Sabemos que quieren acceso a Baskdone para limpiar dinero manchado por el crimen y el tráfico ilegal. Sabemos qué volumen aproximado de capital quieren invertir, por lo tanto, nos hacemos cargo de su tamaño. Enorme. De estas certezas, se deduce que tienen gran interés y una fuerte determinación. También deducimos que vienen a por nosotros por ser libres. Si saliéramos a bolsa, todas nuestras operaciones financieras estarían fiscalizadas por la CNMV y su interés desaparecería. Pero…

Aitana-. Pero Baskdone dejaría de ser nuestra y el futuro tanto de la empresa como de la fundación, también.

Aitor-. Si permitimos que ellos entren en la compañía, será aún peor.

Andoni-. Perdonad mi ignorancia, pero de salir a bolsa, también os haríais de oro, ¿ No?.

Aitor-. Define, hacerte de oro. Si es tener pasivos para llevar tu estilo de vida, para varias generaciones, eso no le hace falta ya a ninguno de los actuales propietarios de Baskdone.

Andoni-. Pero, ¿ Quiénes son los propietarios?. Me refiero aparte de Aitana y Virginia.

Susana -. Virginia tiene el cincuenta y uno. Entre Aitana y yo, desde que nacieron las niñas y ella me cedió la mitad de su parte, el treinta. El diecinueve restante los hermanos y el resto de familia de la madre de Aitana. La fundación está registrada a nombre de Virginia, Aitana, Aitor y mío.

Andoni-. La familia de Aitana podría verse tentada de vender su parte y pudiera ser más accesible a chantajes.

Yo-. Legalmente, por las cláusulas específicas en las que se establecen los estatutos de la sociedad, antes de capitalizar cualquier parte o total de cualquier paquete de acciones, se le debería ofrecer el privilegio de retracto a la junta primero, y al mayor tenedor después, es decir, a mí. Eso imposibilitaría cualquier operación de compra, para las partes menores. Tenemos pasivos en la compañía para salir a retracto de ese diecinueve por ciento si es a precio real. Pero no creo que sea esa su intención. Creo que ellos buscan una lavadora más que blanquear una sola vez. Es decir, creo que quieren implantar un sistema que les blanquee dinero durante mucho tiempo.

Zanjamos la conversación tratando de sacar conversaciones más amables, pero la sombra de la amenaza nos sobrevuela a todos. El asunto podría llegar a atemorizarnos, pero la unidad que hay establecida entre los implicados nos hace un poco más fuertes.

La mujer que vendió el mundo. Tercera entrega de Virginia Zugasti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora