Diacrítico (adjetivo): 1. Que sirve para distinguir o dar un valor distintivo.
«No se puede negar que una absoluta falta de orden es el signo diacrítico del jardín del señor Styles».
Del diccionario personal de Louis Tomlinson.
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Al atardecer Louis ya tenía el jardín con el aspecto que, en su opinión, debe tener un jardín. Niall estaba de acuerdo con él y lo felicitó por su excelente gusto para diseñar jardines. Harry, en cambio, no fue capaz de decir ni el más mínimo cumplido, ni siquiera a regañadientes. En realidad, el único sonido que emitió fue una especie de gemido ahogado bastante parecido a «Mis rosas».—Sus rosas ya se habían vuelto salvajes —contestó Louis, exasperado con él.
—Me gustaban salvajes —replicó él.
Y ahí quedó todo, aunque él lo sorprendió encargando dos vestidos para sustituir el que había traído de Prewitt Hall. Ese pobre vestido parecía un harapo, con todo lo que había sucedido: primero el trayecto a caballo cuando él lo secuestró, luego había dormido con el puesto durante varios días y por último lo había arrastrado por el lodo. No sabía cuándo ni dónde se las había arreglado él para conseguir dos vestidos nuevos, pero le quedaban bastante bien de talla, así que le dio las gracias con su sonrisa más simpática y no se quejó de que el borde le arrastraba un poco por el suelo.
Decidió cenar en su habitación, ya que no se sentía con ánimo para enzarzarse en otra batalla de voluntades con su extravagante anfitrión. Además, había conseguido hilo y aguja de la señora Mickle, y quería estar solo para acortar los vestidos.
Dado que era pleno verano, tenía abundante luz natural porque el sol se ponía mucho después de la hora de la cena. Cuando se le cansaron los dedos, dejó a un lado la costura y fue a asomarse a la ventana. Los setos estaban muy bien recortados y las rosas podadas a la perfección; entre él y Niall habían hecho un excelente trabajo en el jardín. Sentía un orgullo de sí mismo que no experimentaba desde hacía mucho tiempo. Hacía años, muchos años, que no tenía el placer de comenzar y terminar una tarea que le interesara.
Pero no estaba convencido de que Harry hubiera llegado a valorarlo como a un huésped útil y agradable. Así que al día siguiente tendría que buscarse otra tarea, a ser posible una que le llevara un poco más de tiempo.
Harry le había dicho que podía quedarse en Seacrest Manor hasta que cumpliera los veintiún años, por lo tanto, que lo colgaran si le permitía encontrar una manera de incumplir esa promesa.
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A la mañana siguiente Louis comenzó a explorar la casa con el estómago lleno. La señora Mickle, que se había convertido en su mejor aliada, se la encontró en la sala de desayuno y lo obsequió con una gran cantidad de exquisiteces: tortillas, salchichas, pastel de riñones… En fin, entre los platos que cubrían el aparador había algunos que ni siquiera conocía. Daba la impresión de que había preparado comida para todo un regimiento.
En cuanto terminó de desayunar salió a recorrer la casa en busca de una nueva tarea que lo mantuviera ocupado mientras vivía allí. Se asomó a varias habitaciones y finalmente llegó a la biblioteca. No era tan grande como las de algunas propiedades, pero contenía varios cientos de libros. Los lomos de piel brillaban a la luz de la mañana y la sala estaba impregnada de olor a limón de la madera recién abrillantada. Un examen más minucioso le reveló que los libros estaban alineados en los estantes sin ningún orden.
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To Catch an Heir
FanfictionHasta que llegue a la mayoría de edad, Louis Tomlinson vive a merced de Oliver Prewitt, su codicioso tutor, y de su repulsivo hijo Percy. Y justo cuando está a punto de alcanzar esa tan ansiada libertad, Percy intenta seducirlo violentamente. Louis...