♡ : I - LA PRESENTACIÓN

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—Muy bien, Mashiro. Hazlo pasar —dijo Hyunjin por el intercomunicador con su secretaria, mientras tomaba asiento en la silla presidencial.

A veces se arrepentía de haber estudiado finanzas y tomar el timón para dirigir el monstruo empresario que representaba Hwang's Company. Era demasiada responsabilidad para sus recién cumplidos treinta y cinco años, aunque ser un magnate millonario le permitía zafarse de muchos compromisos sin disculparse. Pero ahora tenía una situación particularmente molesta que ya no podía seguir evadiendo: entrevistas de trabajo para un nuevo asistente.

Bueno, debía admitir que había ahuyentado a los últimos diez aspirantes con sus constantes acosos en pleno horario laboral. Disfrutaba mucho hacerlo y no sabía de dónde había sacado esa manía. Pensaba que con el nuevo chico sería igual.

Tocaron un par de veces a su puerta y entró el hombre pelinegro más perfecto que sus ojos hubieran contemplado. Alto, esbelto, cabello castaño, manos delicadas, un par de ojos aqua que perforaban con su belleza, un aroma indescifrable y embriagador... Hyunjin ya lo había contratado sin preguntarle nada.

—Buenos días, señor Hwang —saludó aquel hombre.

Su voz, su acento, sus dientes perlados y la sonrisa inocente le confirmaron a Hyunjin su decisión de tomarlo como asistente.

—Buenos días, por favor, tome asiento —ofreció Hyunjin.

—Gracias, mi nombre es...

—Yang Jeongin. Treinta y siete años, graduado con el título de "Administración" con honores de la Universidad de Cambrigde; doble maestría en finanzas y mercadotecnia. Experiencia laboral en la industria Lee's Company, con alta recomendación por parte de su líder, Lee Minho, quien es, por cierto, íntimo amigo mío —recitó Hyunjin, señalando una carpeta sobre su escritorio. —Sé quién es usted, Jeongin. Y déjeme informarle que estoy gratamente sorprendido.

Jeongin solo sonrió nerviosamente, no sabiendo qué responder de momento. Le abrumaba la presencia del hombre. Había leído referencias y reseñas sobre sus logros como empresario a tan corta edad (más joven que él de hecho) y ahora entendía los motivos. Irradiaba liderazgo hasta en la manera de hablar.

—¿Te importa si te tuteo, Jeongin?

El pelinegro entreabrió los labios, soltando un ehehe. —En absoluto, señor Hwang

—Por favor, odio los formalismos —respondió, levantándose de su asiento y rodeando el escritorio para observar más de cerca de Jeongin. —Llámame Hyunjin

—Pero...

—Por favor, si vamos a trabajar juntos quiero que nos familiaricemos.

Jeongin lo miró sorprendido. —¿Eso quiere decir que...?

—Así es Jeongin, el puesto es tuyo. Felicitaciones. ¿Te parece si empezamos mañana?

—Será todo un honor, señ-... Hyunjin —corrigió cuando el rubio lo observó directamente.

—Perfecto. Mi secretaría te dará una planilla con los horarios y los proyectos que tenemos en puerta, me gustaría revisarlos.

Después de agradecer veinte veces más, Jeongin se dispuso a marcharse. Sí, esto era fantástico, seguro la referencia de Minho había sido la diferencia. Le sorprendía que su jefe fuera más joven que él, pero qué más daba, adoraba su profesión y eso se veía reflejado en cada proyecto que hacía.

—Jeongin, una última cosa —lo llamó Hyunjin antes de cerrar la puerta. —Te advierto que los anteriores asistentes renunciaron a las tres semanas, ¿crees que puedas seguirme el paso con la empresa?

Buen chico, Jeongin ❁ HyunInWhere stories live. Discover now