Emilia, se había ganado la mayor parte de odio dentro de la casa de Gran Hermano. Pero como dije, nada más dentro de la casa, ya que, afuera todos la amaban. Ella era una integrante del grupo de las furiosas, uno de los tres grupos, en los cuales se habían dividido la casa. Varias veces ella se le plantó a Isabel y Sabrina, diciendo que eran re caretas y todo eso. Ese echo alimento y gusto al público, el dúo de rubias, no eran muy queridas que digamos. Pero bueno, el Imperio Chino— excepto Nicolas, Martín, Bautista y Alan.— no la querían ver, pero ni en figurita.
Ella no estuvo teniendo días lindos. No se sentía bien mentalmente, tenía ganas de darle un abrazo a sus papás, amigos y familia. Aunque ella enfrente a todos ahí, se haga la dura, en el fondo, Emilia era la persona que, sin dudas, te gustaría tenerla en tu vida. De haber cargado con tanta bronca y bronca de otros, termino explotando. Las lagrimas se deslizaban por sus pómulos, mientras ella se recostaba en la pared de la pileta.
El chapoteo del agua la hizo conectarse con la realidad. Se vio a obligada a girar y se encontró con Alan, del Imperio Chino. Era copado además de eso, siempre estaba con una sonrisa, no importaba en qué momento lo veas. Entre ellos, las primeras dos semanas, hubieron alguna que otra palabra encontrada y se formaban conversaciones. Pero después el se empezó a juntar con "La Barbie camionero". Y ya casi poco se veía solo y sin ella. Como antes había dicho, Emilia y Sabrina habían peleado y la castaña no la quería ver y así viceversa.
Tomo camino para salir de la pileta, la verdad que no quería que la vean así y digan que "se hace la dueña de la casa y es más sensible que una flor deshidratada". Iba a buscar otro lugar tranquilo, lo cual lo dudaba que haya. La mano del chico, se posó en su hombro, de alguna forma para frenarla. Se dio la vuelta para mirarlo con cara de "¿si?".
—. No te vayas...— dijo él y, sorpresivamente ella abrió los ojos en par.
—. ¿Si? ¿No te molesto?— pregunto ella sorbando la nariz.
—. ¿Por qué?— preguntó el riéndose.
Ella lo miro obvia y largo una risa.
—. Y... tu grupo no me quiere mucho que digamos, supongo que vos también. A demás dicen que soy muy violenta y que no valgo la pena.— explicó ella.
—. Es una banda... Mira si porque mi grupo no te banca, no puedo hablarte o algo por el estilo. Sos re copada, flaca. Las, pocas, veces que hablamos, nos re entendimos. No tengo duda que vos, estás en tu personaje y sos buena persona.— confesó el con los ojos cerrados mirando para el sol. Emilia sonrió de costado.—. A vos... A vos te pasa algo. ¿Qué es? Podes confiar en mi.— apoyo el chivilcoyano.
