Hasta regresar a mi hogar

Capítulo 21 - Deseo perverso

Advertencia: Violación

.
.
.
.
.

La historia del joven Shiota de 15 años se a desarrollando de manera rápida y precisa, sus palabras y memorias habían sido un punto clave para la investigación de una familia de criminales que la policía había estado buscando desde hace años, y finalmente, después de tanto tiempo, tenían pistas por las cuales guiarse en el caso.

La masacre de al rededor de 20 personas había sido noticia por días, más por el hecho de que esas víctimas fueron encontradas dispersas en un edificio departamental y que provenían de diferentes partes de la ciudad.

No había nada en común entre las víctimas, más que dos eran amigos desde la primaria y otros dos eran una pareja de casados.

¿Lo malo?, esas cuatro personas habían sido víctimas de una muerte sumamente violenta, sus cuerpos siendo encontrados con distintas marcas de tortura y en sí, con sus cuerpos modificados o alterados de forma inhumana.

¿Qué tenían en común?

Los dos adolescentes, antes bullyings de Karma Akabane, que habían sido encontrados sin vida en el cuarto de baño de Nagisa Shiota, curiosamente, después de su segundo encuentro, y con la palabra "Gracias" escrita con sangre en el techo.

La pareja de adultos, no eran otros que los padres de Nagisa, que habían sido encontrados con sus extremidades en diferentes partes de la casa. La razón varía mucho, pero considerando la actitud del adolescente pelirrojo y con el testimonio del afectado, se logró llegar a la conclusión de una venganza sangrienta.

En el mismo apartamento, se encontró también un mensaje, que estaba escrito en las ventanas:

[Perdí a todos mis seres queridos,
me dijiste que no me hiciera la víctima,
ahora yo te quitaré a todos los que quieres,
y veremos qué harías en mi lugar]

Pero... cambiando de tema, ¿qué estaría haciendo nuestro querido protagonista en éste momento?

~ • ~

La risa enloquecida del pelirrojo resonaba en toda la habitación, jugando con un cuchillo afilado sobre la piel de un adolescente de su misma edad, que se encontraba atado a una camilla y con una mordaza en su boca impidiéndole gritar para pedir ayuda.

— ¡HM! ¡NGHH! —.

El adolescente tenía heridas y quemaduras en sus brazos y piernas, su cabello anteriormente anaranjado y lacio ahora se encontraba quemado en las puntas y estaba desteñido, mientras que con su mirada antes orgullosa y altiva, ahora suplicaba con ella que lo dejara ir o mínimo, que lo matara de una vez.

— Oh~, ¿qué pasa Hisashi–kun? — Preguntó con voz divertida, tomando un pequeño frasco con ácido, el cual vacío sobre una parte de la pierna izquierda del adolescente pelinaranja.

Los gritos de Hisashi se hicieron más fuertes, removiendose bruscamente en la camilla debido al dolor, mientras que las lágrimas deslizaban por sus mejillas, deseando que en cualquier momento alguien viniera a ayudarlo.

Karma rió, tomando nuevamente su cuchillo mientras lo veía divertido.

— Veo que ya no eres tan valiente, eh —.

Decidió dejarlo en paz por un momento, así que dejó el cuchillo a un lado y después procedió a quitarle la mordaza de una forma algo brusca, causándole un leve corte en su mejilla.

— ¡Eres un maniático! ¡Déjame ir! — Hisashi gritó con la fuerza que le quedaba — ¡Yo no he hecho nada! ¡Ni siquiera te conozco! — Exclamó desesperado, sintiendo temor por la expresión enloquecida del pelirrojo, que pasó a sonrojarse mientras la excitación se veía en su mirada.

— Lástima, pensé que me recordarías —.

Karma se acercó a Hisashi, pasando su lengua por sus labios al ver la sangre que estaba en el cuello del adolescente pelinaranja.

— ¿¡Qué harás!? — Preguntó alarmado mientras se removía, queriendo que el pelirrojo se alejara de él, la excitación en su mirada le causaban un extraño sabor de boca.

— Cállate y déjame comer, Hisashi–kun — Respondió mientras se subía a la camilla, colocándose arriba de Hisashi y sentándose en su entrepierna, aunque su atención en sí, estaba en la sangre que cubría el cuerpo su cuerpo.

Karma se acercó al cuello de Hisashi y comenzó a lamer la sangre que tenía a su alcance, moviendo sus caderas buscando algo más que sólo aquel líquido carmesí.

Hisashi trató de gritar, pero sus gritos fueron ahogados por la mordaza que nuevamente fue colocada en su boca, quitándole la única forma de pedir ayuda, porque defenderse, le era imposible debido a sus muñecas y tobillos amarrados a la camilla.

— ¿Sabes, Hisashi?, desde que te conocí, siempre te consideré cómo alguien atractivo — Comentó con una sonrisa de malicia, pasando su lengua por los residuos de sangre en sus labios.

Hisashi trató de gritarle algo para impedirlo, más la mordaza se lo impedía y fue aprovechado por el pelirrojo para poder desvestirse con calma y poder estimular el miembro de Hisashi. Siendo sincero, uno de sus deseos siempre había sido tener relaciones sexuales con Hisashi, ¿por qué?, ni él lo sabía, simplemente quería hacerlo.

El adolescente pelinaranja comenzó a moverse, tratando de que el pelirrojo se apartara de él, pero lo único que consiguió, fue tener un cuchillo clavado en su muslo izquierdo.

Karma soltó una risa divertida mientras retiraba el cuchillo, acercándose para lamer la sangre que salía del muslo, para después ir pasando su lengua hasta llegar al miembro de Hisashi, que había comenzado a despertar por la estimulación.

Después, Karma regresó al rostro de Hisashi, pasando su lengua por el corte que tenía en la mejilla, para después llevar su mano al miembro contrario.

— Ya quiero tenerlo dentro — Susurró en su oído con una sonrisa de malicia y una mirada de excitación.

Hisashi comenzó a negar rápidamente con la cabeza, deseando que de verdad el pelirrojo sólo estuviera jugando con él de esa forma para asustarlo, más cuando vió al pelirrojo ponerse arriba de su miembro, sabía que no era así.

Karma tomó el miembro de Hisashi y lo alineó con su entrada, comenzando a bajar lentamente mientras sentía como sus paredes interiores se abrían, causándole dolor por no estar preparado y por el tamaño del miembro de Hisashi, más ese dolor simplemente lo excitaba más, y cuando llegó completamente a la base, no dudó en comenzar a dar saltos para auto–complacerse.

— Dios, H–Hisashi–kun~ — Gimió el pelirrojo, sus mejillas completamente rojas con una mirada de lujuria y deseo — Es muy grande, ¡Ah~! — Soltó un gemido más fuerte cuando encontró su próstata.

Hisashi sólo negaba con su cabeza, sus lágrimas resbalando por sus mejillas mientras trataba de liberarse inútilmente.

Igual, no debía de preocuparse, su sufrimiento pronto acabaría.