-Mi nombre es Kanami… y sirvo a mi señor Kiyoshi príncipe de las tinieblas- me dijo la youkai sacando su extraña espada en forma de una planta que Kagome me había mostrado una vez en su época.
-Qué rayos quieren de Kagome?- le grite mientras la atacaba con mi espada en busca de respuestas.
-La gema de la sirena que tiene… y su vida- me dijo mientras yo sentía como me atravesaba por su espada. Yo había abierto los ojos por lo que me había dicho "venían desde siempre tras ella" me dije indignado.
-Eso jamás!- le grite con furia- garras de fuego!- le lance mis garras con sangre y kanami perdió su brazo izquierdo.
-Ya es tarde para eso hanyou…mi señor ya tiene la gema… y la miko está muerta- se rio macabramente y yo me enfurecí.
-Eso es mentira!... viento cortante!- yo estaba fuera de control. Ella me había esquivado pero yo alcance a atraparla y la destroce con mis garras de una sola vez- muérete maldita- le dije al ver el rostro sin vida de la youkai entre mis garras.
Salí corriendo temiendo lo peor al sentir el olor a sangre provenir del bosque. "que este bien" rogué mientras corría con más velocidad por el camino que me dictaba mi olfato.
Al llegar a la cascada que se encontraba entre el bosque, con mi olfato trate de encontrar algún rastro de Kagome. Pero quede casi de piedra al sentir el olor tan fuerte de su sangre y la de un youkai. Estaban mezcladas lo que me decía que estuvo peleando con el ser.
Me acerque a donde el olor era más fuerte y comencé a temblar del miedo de tal vez haberla perdido. Recordé las palabras de Kanami y me negué a creer que ella estuviera muerta.
Abrí los ojos desmesuradamente al ver un gran charco de sangre y un trozo de la ropa de Kagome que estaba desgarrada. Mire a todas direcciones tratando de olfatear algún rastro de su frágil cuerpo. Pero no había nada, ni una señal, ni un solo rastro de ella o su cuerpo y eso me dejo con una sensación de vacío y terror
-Ka-Kagome- tartamudeé agachándome junto a la ropa y la sangre de Kagome. Tome el trozo de tela entre mis manos aun sin poder creer la situación en la que me encontraba-Ka…Kago…me- comencé a llorar desconsolado mojando la prenda que tenia entre mis manos la cual apreté con fuerza-Kagome!...- grite desgarrando mi garganta en el acto al gritar tan fuerte- Kagome!- seguí gritando aun sin poder levantarme, las fuerzas me habían abandonado- Kagome!... Kagome…- agache mi cabeza mirando la sangre que estaba frente a mi- fue mi culpa… te deje sola… Kagome…- apreté la tela aun mas fuerte entre mis manos "es inútil aunque la sigas apretando eso no te la traerá de vuelta" me dije de forma sombría.
-Inuyasha!- escuche la voz de Shippou que me llamaba a la distancia, pero lo ignore y no levante mi mirada estaba viendo la sangre y el camino que recorría hacia el precipicio.
- Inuyasha… que sucedió?- fue la pregunta que me hizo Miroku junto a mi viendo el mismo panorama que yo.
- Y Kagome?- esa fue la pregunta que me dijo Sango- no me digas que esa sangre es de…- no completo la frase ya que la mire y ella quedo petrificada.
- No… no pude llegar a tiempo…- les dije sin fuerza. Sentía que ya nada valía la pena si ella no estaba aquí- su cuerpo no está…- le dije a Shippou que miraba para todos lados buscando el cuerpo de Kagome. El me miro y comenzó a llorar desconsolado. Yo también lo hacía pero de forma más silenciosa.
- aun hay una posibilidad Inuyasha- me dijo Miroku con la voz algo perturbada- pudo haber caído del precipicio… hasta que no haya cuerpo… no sabremos si… si... esta…- su voz se quebró. Se notaba que el también temía.
- la encontraremos… ella… no creo que se haya dejado vencer tan rápido… ella no es así- Sango trataba de que su voz no saliera temblorosa pero se notaba que también estaba asustada y que trataba de darse esperanza.
- lose…- les dije tratando de parar las lagrimas que seguían cayendo de mis ojos. Quien lo diría, yo llorando frente a otros y mostrando debilidad por una humana, si Mioga me lo hubiera dicho antes de seguro lo hubiera aplastado y me hubiera puesto a reír-"la cascada… pudo haberse caído por la cascada… su cuerpo puede estar ahí… y puede estar herida"-me dije mirando rápidamente hacia la cascada- el precipicio…- murmure y Miroku fijo su vista ahí.
- bajemos entonces… Kagome puede estar abajo- dijo seguro mi amigo caminando hacia donde se encontraba la cascada.
- no temas Kagome… pronto estaré contigo…- me puse de pie y mire el trozo de tela que aun olía a mi Kagome- te lo prometo- y me puse a correr hacia el final de la cascada.