Un nuevo ciclo comienza, todos están felices de volver a la escuela para poder jugar y hablar con sus amigos.
— ¡Wow! una nueva mascota —Dijo George mientras señalaba a un pequeño animal dentro de una jaula; un hámster.
Todos se acercaron a ver al pequeño compañero de clase, era adorable.
— ¡Hey, no me empujes! Yo llegué primero a ver al hámster.
— ¡No!, fui yo —Peleaban unos compañeros frente al hámster. El pequeño roedor se les quedaba viendo a los dos, pensando en ¿Qué culpa tendría él de provocar malas actitudes en los alumnos?Los días pasaban, los alumnos mantenían buenas actitudes hasta que se trataba del hámster; todos se peleaban por él. Insultos, malos gestos, empujones, maldades... todo eso hacian con el fin de llevarse a casa al hámster.
— Muy bien chicos, ¿Quién se llevará a Panchito hoy? —Preguntó la maestra.
¡Yo! ¡Yo por favor! ¡¿Puedo ser yo?! Se escuchaba salir de las bocas de sus alumnos, realmente querian a ese hámster.
— Mmmh, George, puedes llevarte a Panchito.
Llegando a casa, Fran dejó sus cosas y fue a comer, dejó a Panchito en su habitación creyendo que todo estaría normal, pero cuando volvió; cambió la vida de él y de sus compañeros de clase.
— Ash, no sé por qué siempre se pelean por mi...digo, soy bonito pero tampoco tienen que actuar así por mi.
— ¡¿Qué?! ¿Puedes hablar? ¿¡Panchito!?
— Rayos. — Murmuró Panchito.Desde ese día todo el salón de clases sabía que el pequeño roedor podía hablar como un humano, a excepción de la maestra.
Panchito creía que después de eso se dejarían de pelear por él, pero en cambio esto empeoró aún más, Panchito ya estaba cansado de solo escuchar insultos y soportar malas actitudes.— Chicos, ya vuelvo. —Avisó la maestra mientras salía del aula.
— ¡Escuchen todos! ¡Solo lo diré una vez! —Se escuchó el grito de Panchito en el silencioso salón, por lo cual el aula le prestó atención.
— Ya no más, por favor. Me cansé de que siempre se pelean por mi, chicos, es malo tener esas actitudes. Saben, ¿Quisieran que yo me fuera? —Negaron la pregunta, Panchito continuó:
— No quieren. Pero si siguen así tendré que irme, y no a otra aula, sino irme para siempre. Por favor, tengan respeto entre ustedes mismos, deben se tener una convivencia sana y sobretodo pacífica. ¿Estarán de acuerdo con eso? ¡Por favor! Háganlo por nosotros mismos, por ustedes y por mi... ¿Okey?Desde ese día, Todos en el aula comenzaron a respetarse a si mismos, ya no tenían malas conductas cuando se trataba de Panchito, e incluso el promedio de la clase había aumentado.
— Chicos, el tema de hoy es: La paz. —Dictó la maestra.
— ¿Cómo lo que nos enseñó Panchito? ¡Si sabemos de que trata maestra! ¡Panchito nos lo dijo todo!
—Dijieron los del aula.
— ¿Qué? ¿Cómo un hámster puede contarles sobre la paz? ...Ups, tal vez fueron muy sinceros.
FIN