𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳; 𝘝𝘐𝘐𝘐

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𝘚𝘰𝘮𝘦𝘰𝘯𝘦 𝘖𝘭𝘥𝘦𝘳
꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦

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⋆。˚𝖭𝗈𝗍 𝖺𝗀𝖺𝗂𝗇˚。⋆

Encontré a Matteo a la mañana siguiente bebiendo mate mientras veía su celular. Me force a sonreír. Me senté a su lado y fingí querer ver lo que veía, de prisa apartó el aparato y lo dejó en descanso. Podía ser intenso, protector, molesto pero era buen hermano. Algo bueno salio de esa cena, mi amor por Matteo se triplicó. ¿En verdad hizo eso por mi? Dios, es valiente, arriesgado e idiota. Cosas que solo ese imbécil puede hacer.

Sonrió. Ayer me negué a abrirle, cedió a darme mi espacio lo cual agradecí internamente. En la noche cenamos juntos, no me presiono para hablarle. Y esta mañana tampoco parece que quiera presionarme.

—Perdón por no responder ayer, no miré tus llamadas.

Asentí sonriendo.

—Esta bien.

No, no está bien. Si hubieras respondido no hubiera pasado lo que pasó con Enzo. No hubiera corrido a su auxilio teniendote a vos. Puedo verlos a ambos como una forma de auxilio, se refugio. Claramente diferente. Me gusta sentirme protegida por ellos. Pero ahora no se que tan a salvo estoy de Enzo. ¿Alguna vez lo he estado?

—Hoy salgo con Enzo, deberías venir, necesitas distraer esa cabeza. Le encantas, no creo que le moleste.

Eleve las cejas. Le caigo bien... si seguro.

—Estaré en casa, mejor así.

—Ven y te doy dinero, además, te invito a comer a donde vos quieras, te compró ropa y te...

—Prefiero estar aquí.

Su jodida oferta me tentaba pero la herida seguía muy abierta para ver a Enzo y convivir como si nada pasara. Matteo no volvió a insistir. Estuve en mi habitación hasta la noche, oí voces abajo. Tal vez mis padres, decidí por su acaso no asomarme. Podía ser él, quien sabe. Tocaron mi puerta, era Matteo, me hablaba para cenar con mamá y papá. Enzo no estaba. No lo mencionó. Me espero afuera mientras me peinaba y me ponía una bata.

—Dale, ayuda a Diana —me gritó mamá mientras ella colgaba su abrigo.

Rodé los ojos y me metí a la cocina. Ayude a poner la mesa con amargura y por último me senté. Espere viendo el celular.

—¿Ya se te paso la depresión? —me preguntó mamá tomando asiento a mi lado.

La ignoré y empecé a responder mensajes tratando de ignorar mi rabia. Mamá solía usar un tono peculiar conmigo, juzgaba demasiado mis emociones. No estoy segura de cuanta verdad haya en sus palabras, no se si es burla, preocupación o recelacion. En cambio, con Matteo siempre fue más abierta. Con el jamás dijo: ¿cuánto te llega el período? Por eso me cuesta abrir mis sentimientos. Tengo miedo a ser invalidada.

Someone Older // Enzo Vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora