Susurros de Confianza (Byron X Piper)

Gajes del oficio

Decidme vos, ¿acaso podría existir un trabajo más honesto que el de un humilde comerciante? - dijo Byron con una sonrisa en el rostro - solo caballeros como usted pueden tener el honor de adquirir este brebaje por el que tantos sueñan tener algún día.

Claro, solo caballeros sueñan con él, porque estos ya se extinguieron -dijo el cliente el cual se fue alejando lentamente haciendo caso omiso a todas las llamadas que le hacía Byron a lo lejos.

Desafortunadamente, no era un buen día, la gente no suele venir muy seguida a ese remoto lugar y últimamente todos se van y dejan a Byron con los bolsillos vacíos.

El negocio estaba en la culminación de su plenitud hace ya mucho tiempo atrás, en el lugar era conocido como "el señor de los trucos" por su gran habilidad para llegar a hacer grandes negocios, pues cualquiera que hablara con él, terminaba cayendo en la tentación de adquirir alguno de sus productos, sin importar la utilidad que estos tenían. Byron era un vendedor ejemplar, todos los días llegaba lleno de mercancía para resolver los problemas de necesidad que tenían la gente a su alrededor, incluso resolvía los problemas de quienes ni sabían que los tenían.

Era mágico, ningún otro hombre en esa tierra tenía un talento como ese, tenía los bolsillos llenos de dinero y con el solía salir disfrutar el día tomando unos tragos e incluso invitando a los demás ganándose la confianza de algunas personas. Pero con el tiempo la gente comenzó a volverse más ilustre, nadie puede ser ingenuo e inocente toda la vida, si no aprendes a adaptarte simplemente no puedes sobrevivir a un determinado lugar, y Byron por más que lo intentaba, no podía mantener el nivel de su negocio. Pensaba que con solamente el talento se puede ganar, pero no tomo en cuenta que no se puede hacer lo mismo todo el tiempo, las cosas cambian, y su imagen perdió popularidad.

La gente comenzó a encontrar mejores lugares donde resolver sus problemas, y la competencia dejo a Byron en la quiebra. Con las ventas caídas a Byron no le quedó opción para su supervivencia que la de las estafas.

Entre sus productos, el que más destacaba era el aceite de serpiente, pero este era único, era verde, un detalle del cual muchos no tendrían muy en cuenta y les darían poca importancia, sin embargo, esto fue más que suficiente para que en un pasado Byron lograra vender a quien sea el aceite. La gente en el pasado creía en cualquier cosa, y Byron abusó de eso para volver a la cima, sin embargo, con el pasar de los días, la gente comenzó a darse cuenta del poco efecto que el aceite tenía y como no era más que una estafa inservible.

Byron perdió su título, su popularidad, su dinero y su moral. Ahora todos lo ven como alguien despiadado, que solo busca hacer el mal a otros con el fin de que nadie pueda superarlo y sacar beneficio de los demás sin importarle las repercusiones. Nadie se le acercaba a hablarle, lo que una vez fue un amable vendedor de curas para todos, se volvió en la persona más dañina del lugar.

Byron pensaba si todo lo que hizo estuvo correcto, pues ya no es el mismo. Todo le iba mal, temía que ya no podría vivir de lo que hacía. Sabía que para enfrentarse a las dificultades tendría que hacer algún cambio, pero ¿cómo?, todo lo que hacía era eso "cambiar", pero cambiar solo lo terminaba perjudicando.

Byron siempre fue serio y recto en sus ideas, muy difícil llevarle la contra, por ahora es correcto todo lo que dicen de él, pues no se ha llegado a demostrar lo contrario.

Como aún era temprano, y viendo que las ventas no daban frutos, Byron de dirigirse al bar de barley, quería despejar sus problemas dentro de su cabeza, en estos tiempos de dificultad, el solo anhelaba encontrar algo de paz.

Cómo es costumbre, cada que entra al bar está absolutamente vacío, es muy poco probable encontrar gente en el bar debido a lo extraño que puede resultar el lugar para varias personas que al entrar usualmente no terminan pidiendo algo.