02.09 Electric waves

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Después de la quinta descarga eléctrica que Christian Martin le dió, a Bill le llegó su más grande epifanía hasta el momento

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Después de la quinta descarga eléctrica que Christian Martin le dió, a Bill le llegó su más grande epifanía hasta el momento.

Sep, efectivamente estoy enamorado de Stiles.

Bill llega a la tardía conclusión de que todo lo que había sentido por el pelirrojo que lo estaba torturando eran más bien fantasías de un niño pequeño, al menos comparado con lo que está sintiendo por Stiles ahora, que se siente tan crudo y real como si fuera la primera vez que Bill se replantea en sentir algo.

Sabe que no es el caso, sabe que se ha enamorado o tuvo la seguridad de que en algún punto se enamoró de más de una persona, en más de una ocasión y a veces en el mismo período de tiempo, pero todas aquellas ideas se vuelven solo un recuerdo efímero cuando llega a él la realización de que lo único en lo que está pensando ahora, es en que, sí algo malo llega a sucederle él va a extrañar a Stiles por sobre todas las personas.

Porqué sí, tiene amigos y familiares, Bill tiene ahora su propia manada que es un pilar fundamental para él, pero como romántico empedernido que siempre fue, sabe que el amor será quién siempre pueda vencer todos sus obstáculos, incluso los que parezcan no tener ninguna solución.

Entonces no siente el dolor que debería causarle todas esas descargas eléctricas porque lo único en lo que su mente se concentra es en la sonrisa de Stiles que permanece como un recuerdo constante en su mente.

—¡Habla, no te daré otra oportunidad! —gritó el pelirrojo frente a él, pero Bill seguía en su mundo, con una pequeña media sonrisa y riendo bajo al recordar algún comentario irónico de Stiles.

—Ya lo enloqueciste. —se quejó Christopher detrás del pelirrojo, el tipo se encontraba con su padre jugando a las cartas en una mesa un poco apartada.

Bill en cambio, se encontraba de pie, sin camisa para el probable disfrute de su ex amigo allí adelante, todo mojado para que las descargas sean más certeras y dolorosas, atado con cables a una pared de alambres que estaban rasguñando de manera dolorosa su espalda cada vez que Bill se retorcía por las descargas.

En general, no era un buen panorama.

Bill culparía de todo a Derek.

—Denme una oportunidad más, sé que puedo hacerlo hablar. —pidió Christian a los dos cazadores se dieron una mirada seria, pero con una pequeña chispa de diversión entre ellos, como si estuvieran contemplando la sugerencia pero de todos modos les resultaba divertido ver cómo el chico podría intentarlo.

—Adelante entonces. —dijo el más viejo de todos, es decir Gerard Argent. Tirando una de las cartas a la mesa y riendo al ver como  su hijo lucía decepcionado—. Y esa es otra victoria para mí.

—Me alegro señor, al menos jugando a las cartas puede obtener alguna victoria. —comentó Bill con mucha dificultad, sintiendo cómo sus pulmones protestaban por el gran cambio de estar silenciado a volver a hablar después de tanto tiempo en silencio.

IRIS ★ Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora