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El día ya estaba empezando
pero de todas formas no
significaba mucho en
nuestros corazones que solo
querían seguir unidos, hace unos meses habíamos tomado el mejor paso en nuestra relación y nos casamos después de 2 años de noviazgo. Mientras intentaba estirarme mis ojos se posaron en su fuerte y musculoso pecho y es que todo en él me resultaba extremadamente hermoso, con toda la feroz masculinidad que yo no poseía, pero claro, yo tampoco estaba mal, porque a pesar de no tener musculatura, poseía el cuerpo que él deseaba, y no era una coincidencia, ya que yo ejercitaba todos los días para tener un trasero redondo y una cintura pequeña,a pesar de eso encajabamos perfectamente pese a que juntos nos veíamos contrariamente opuestos.

Aún dormido seguía esparciendo un rico aroma a sus fuertes feromonas que por naturaleza eran feroces con un olor que hacía doblar las piernas y apretar los muslos, olía justo como me gusta, sé que este olor solo lo podré sentir yo. De pronto sus ojos brillantes se abrieron, revelando un color azul oscuro, sin duda combinaban con su cabello negro y juntos formaban una apariencia sumamente perfecta que rayaba lo imposible. Sin apartar mis ojos de los suyos, dije su nombre en un tono perezoso, "Samuel", me puso atención y se acercó a darme un sucio beso, en el que apenas pude corresponder, estas habilidades suyas sin duda eran muy buenas, lo único que no me gustaba era de dónde provenían estás dichas habilidades en todo lo que respecta al sexo, pero claro que ya sabía de dónde venía su gran experiencia.

•••••[3 años atrás]•••••

Sonó el despertador, fue entonces que de la cama salía un joven con ojos somnolientos y cabello alborotado por restregarse constantemente a las sábanas en un intento por no despertar, hoy era uno de esos días que no trabajaba en la mañana, en ese momento pensó que lo peor de los lunes era el sentimiento de libertad que aún permanecía del fin de semana y es por eso que le costaba tanto tener una mente activa, especialmente los lunes que son los días donde todo volvía a empezar con jornadas cansadas en todo aspecto.
Sin duda iba a ser un día que odiaría, se cambió a toda prisa para tener algo de tiempo para desayunar e irse para evitar estar tanto tiempo en esta casa. Su ropa humilde no le hacía justicia a su exquisita apariencia, que resaltaba entre todas las cosas, pero de todas formas no es como si aquel chico pensara en comprar cosas inútiles como ropa costosa, por eso todo lo que poseía era solo lo básico, más no hacía falta, más solo sería un lujo, más que aquello era algo que no podía permitirse. Así era su realidad, vagamente miro la ropa esparcida en la cama, pronto se decidió por una camisa roja con un estampado negro y unos pantalones negros. Ya cambiado se ubicó frente al espejo para peinar sus alborotados cabellos, el reflejo mostraba a un chico hermoso con ojos color rojo vino y el cabello blanco, que en el sol brillaba como si fueran hilos de plata. Una apariencia que era comparada a las hadas, esta apariencia le convenía para trabajar y agradecía que le sirviera para algo.

Comió rápidamente, sin importar mucho los modales, metió todo lo que podía en su boca y masticó adorablemente con las mejillas hinchadas, alzó la mirada encontrándose con los ojos indiferentes de los integrantes de su familia, que lo veían, como esperando que se largue de una vez. Mirando al pasado parecía que en algún punto de su vida aquel trato lo afectó, tal vez cuando era un niño, no estaba seguro, solo sabía que con el tiempo dejó de ser algo que le afectara. A pesar de que no le importa, no podía evitar preguntarse consternado , ¿Por qué?, pero no era algo que cuestionara a menudo, podía decir en base a sus recuerdos que sus hermanos siempre lo habían odiado, observaban su cabello con odio y profundos celos. Desde la infancia lo trataban como una plaga, solo por el hecho de ser distinto a ellos, ni siquiera se parecía a sus padres, era diferente y eso siempre ha sido algo que asusta a la humanidad.

"Adrián" pronunciaron su nombre, entonces la atención desviada se enfocó, los vió.
Con toda la seriedad del mundo, le dedicaron una mirada parecida a la de los padres normales, pero estaba seguro de que ellos ponían esa mirada solo para decir cosas hirientes. Esa mirada lo estaba llamando a pelear, pero esta vez no quería discutir con ellos, es por eso, que prefirió tomar un vaso de agua para pasar la comida, esperando a que hablen de una buena vez, "Empezarás a pagar arriendo por quedarte y por los gastos de alimentación".

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⏰ Última actualización: Feb 14 ⏰

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