Alex obedeció sin queja o comentario alguno, tampoco es que tuviera el derecho de desviar las peticiones del castaño. Aguantó la respiración mientras se sentaba a los pies de la cama, sin tener la valentía para sostener la mirada del castaño.
Observó sus manos en un intento de relajarse, jugando con sus dedos y llevando los mismos hasta su boca, mordisqueando con nerviosismo.—Mírame.
Juró que todo el oxígeno retenido en sus pulmones escapó hasta dejarlo sin aliento. Intentó decifrar el tono que William utilizó, mas no pudo, asumía que aquello no era más que una combinación entre molestia y decepción, pero el castaño parecía tan impacible como siempre.
Finalmente encaró al contrario, definiendo en silencio sus facciones. William mantenía su rostro ligeramente ladeado, como si estuviera estudiandolo a detalle, silenciosamente. Alex pensó en aquel momento que debía aprovechar aquellos segundos en ver el rostro ajeno, porque suponía qué aquel hombre no iba a permitirle acercarse después de hoy.
El castaño se veía tan precioso como siempre, incluso con aquella camiseta que más que eso era un trapo con algunos botones, resbalando por sus hombros sin dejar demasiada piel de su torso a la imaginación, incluso con aquel extraño inmovilizador en su hombro izquierdo, incluso con aquel parche en el costado de su cráneo, incluso con el costado de su rostro astillado, Will seguía viéndose tan lindo como el día en que lo conoció, asustado por dejar a su pequeña en manos ajenas.Tuvo un deseo increíble de soltarse a llorar en aquel segundo, no en busca de manipular o exigir compasión, simplemente porque su sentir estaba colapsado. Estaba tan confundido, sin saber cómo elegir las palabras necesarias para entregarle una cura al dolor del castaño, no le interesaba si las cosas entre ellos no volverían a la normalidad, tampoco es como si mereciera aquella segunda oportunidad, pero no soportaría saber que su inmadurez quebrantó la estabilidad que William construyó, desde cimientos quebrajosos.
Tomó tanto aire como pudo, buscando recuperar aquella respiración arrebatada antes de permitirse hablar, y así lo hizo.—Sé que te debo todas las disculpas que pueda formular y sé también que nada de lo que haga podría revertir toda esta situación de mierda. Sé que soy el responsable de que estés aquí y lo siento tanto.— Alex frenó algunos segundos, sintiendo como su voz se quebraba. Intentó hablar, pero fue frenado.
—¿Fuiste tú el conductor que venía en exceso de velocidad?
Alex lo miró, incrédulo, murmurando un débil "no, pero" antes de ser nuevamente interrumpido.
—Alex, si escribiera una línea por cada situación por la que te culpas, tendría más de un libro. La situación es desastrosa, créeme que lo sé de primera mano y sé que estancarme en las posibilidades es tan tonto como correr en frente de un auto, pero lo hice y no hay segundo en que quiera arrepentirme. Tallulah está sana y salva, yo también lo estoy. ¿Verdaderamente tengo derecho de exigir algo más? Aún si quisiera, no podría culparte, con ningún argumento y no me pasaré años buscándolo cuando te tengo aquí.
El azabache ahogó un sollozo en su palma, flexionando su torso hacia adelante. Creyó que en ese momento algo lo trajo a la realidad, ese "algo" siendo William y sus discursos que parecían consolar lo más profundo de su ser. Su llanto duró varios minutos mientras el castaño solo podía observarlo, aún cuando quisiera secar sus lágrimas. Como último recurso, estiró su brazo bueno en la dirección del azabache, sonriendo suavemente cuando Alex levantó su mirada cristalizada y estiró su brazo de igual manera, entrelazando sus manos.
El comfort del tacto ajeno le permitió reunir la valentía para hablar, finalmente correspondiendo el contacto visual. —Cuando los conocí, sentí que el mundo me sonreía una vez más. Con nuestros primeros encuentros, la felicidad no me permitía sentarme y ahogarme en mis inseguridades o temores, era como si tu existencia y la de Tallulah funcionaran como un inhibidor.
Soltó una pequeña risa, haciendo sonreír al castaño. —Desde mi divorcio, tuve muy pocas citas, realmente pocas. En mi luto, no existía espacio para pensar en interesarme en alguien más, de cierto modo enfermo, me convencí que si Tilli no había tenido derecho a vivir, yo tampoco lo tendría. Veo hacia atrás y entiendo lo enfermizo de mi pensamiento, porque aunque duela tanto decirlo en voz alta, yo soy el único de los dos que está vivo, y los vivos estamos hechos para vivir.
Trabajé en esos sentimientos, al punto de sentir que mi luto se convertía en uno más sano y menos destructivo, pero las secuelas de estar estancado en aquellos pensamientos por años seguían volviendo cada tanto tiempo, cuando Tallulah me llamó "mamá"... Dios, simplemente colapsé, no porque no quisiera que ella me viera de esa manera, sino porque se hizo una realidad, había seguido adelante y una parte de mí me odia por ello.El azabache frenó, ya no tan atormentado como antes. Sentía como si un peso enorme se hubiera levantado de sus hombros, como si finalmente pudiera degustar el oxígeno después de estar agonizando bajo el agua. Fijó su mirada en Will, quién mantenía aquel rostro teñido en comprensión y afecto, aquella voz en su cabeza le repitió qué no se merecía ese amor, pero por primera vez en su vida, la silenció con la sola mirada de la familia que estaba construyendo. Claro, por delante se vendrían millones de sesiones de terapia, para los tres integrantes, pero sabía que pase lo que pase, ellos estaban hechos del uno para el otro.
Aún cuando el rompecabezas se quiebra, las piezas rotas siguen encajando entre ellas, reconstruyendose y aferrándose unas a otras en su fragilidad.
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𝖬𝗋𝗌. 𝖲𝗆𝗂𝗅𝖾𝗒 𝗀𝗎𝗒. ★ 𝗤𝘂𝗮𝗰𝗸𝗯𝘂𝗿 𝗧𝗻𝘁 𝗗𝘂𝗼.
FanfictionDonde Wilbur es un padre soltero y Alex trabaja en un jardín infantil luego de perder a su hijo. ↺ Fluff, pokito angst intento de comedia (final feliz) Cubitos !! de fans para fans