31. You should be mine

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Llegamos al restaurante, todavía conmocionados por la victoria del equipo.

El restaurante estaba lleno de gente, pero Travis se dirigió directamente al gerente. Le explicó que quería celebrar en privado junto con el equipo, y que él se encargaría de todos los gastos. El gerente estaba encantado.

Travis le dijo a los comensales del restaurante que nos dejaran solos. Les aseguró que cubriría todos los gastos.

Poco a poco las personas comenzaron a desalojar el lugar con amabilidad, cada uno de ellos respetaron de nuestro espacio pero sobre todo le mostraban su respeto a Travis por el triunfo del día.

Me quedé sin aliento cuando Travis se acercó a mí y comenzó a acariciar mis hombros con delicadeza. Su tacto era tan suave y reconfortante que me hizo cerrar los ojos y disfrutar del momento.

—Quiero que este espacio, este momento sea solo para nosotros, ¿de acuerdo, mi amor? —susurró en mi oído.

Abrí los ojos y lo miré a los ojos. Su expresión era seria pero a la vez llena de amor. Asentí con la cabeza, incapaz de decir nada.

El personal del restaurante colocó una canción para ambientar el momento, y comenzó a sonar so close.

Esa canción era muy especial para nosotros, ya que era la que sonaba el día en que Travis me pidió que lo dejara ser mi novio.

No pude evitar sonreír al recordarlo. Me sentí transportada a ese momento tan feliz de mi vida.

Travis me tomó de la mano y me sacó a bailar. Me envolvió en sus brazos y comenzamos a movernos al ritmo de la música.

En ese instante, en medio de la música suave y la intimidad del lugar, me sentí en un rincón especial del mundo, solo para nosotros dos.

Travis y yo bailábamos en la pista de baile, envueltos en la música y el momento. Era una noche mágica, y yo estaba feliz de estar con él. Pero, a pesar de todo, no podía evitar sentirme un poco insegura por cierta situación.

—¿Seguimos siendo novios?—pregunté, con la voz temblorosa.

Travis me miró a los ojos, y su expresión se suavizó.

—Por supuesto que sí, cariño —respondió, con una sonrisa—Solo fue un momento difícil. La vida nos puso a prueba para ver si éramos capaces de superarlo.

Me sentí aliviada y emocionada al mismo tiempo.

—Lamento lo que pasó —dije, mirándolo a los ojos—Prometo que no volverá a ocurrir.

Travis me abrazó y me besó suavemente.

—Ya lo sé, amor —dijo—Yo también lo siento. Fui demasiado intenso. Por favor, perdóname y dejemos que eso solo quede en el pasado.

Me sentí amada y comprendida.

Continuamos bailando, perdidos en el momento. La música había dejado de sonar, pero ni siquiera lo notamos. El mundo exterior había desaparecido para nosotros. Solo estábamos el uno para el otro.

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