My little Izuku (Katsudeku)

Día escolar

La noche del domingo fue pacifica, entre cambios y abrazos Kacchan me aseguró que mañana no tendría ningun problema y que todo iba a salir bien.

Realmente aunque Kacchan lo aseguraba, no me sentía del todo bien con la idea de este trato generalizado.

Estaba bien con Kacchan, aunque un par de cosas siguen siendo vergonzosas. No me siento aún listo para hacerlas públicas.

—Buenos días dormilón— Kacchan me hablaba con su típica voz de recién despertado. Me sacaba un par de mechones de la cara, sus caricias eran suaves.

—Buenos días Kacchan, ¿dormiste bien?— Sonreí.

—Bien Conejito, gracias por preguntar— el ojirubí se levantó de la cama y se estiró un poco.

—Bueno, aún es temprano y la mayoría de los chicos aún no estan en la residencia—.

—¿Ese pamper esta mojado Conejito?— recordé mi ropa interior, por suerte aún seca.

Asentí repetidas veces, eran las seis de la mañana y ya estaba sonrojado.

Las clases no comenzarían hasta las ocho por lo que no es sorpresa que kacchan quisiera despertar temprano para desayunar y tal vez, con suerte, ejercitar y que me deje acompañarlo.

—Hoy voy a ir a correr antes de ir a la escuela, por eso nos despertamos temprano Conejito— kacchan me tomó en brazos y comprobó que no mintiera sobre mi pañal.

—Que bueno Conejito, estas sequito podríamos mantenerte en este pañal más tiempo— Kacchan me sonrío.

La verdad es que no esperaba eso, no eran incomodos en lo absoluto pero si se notaban.

—Conejito, como ayer tu comportamiento no fue el mejor y aún no tengo autorización de la escuela para que entrenes un poco, tendrás que quedarte con Tío Kiri hasta que llegue—.

Si aún no estaba tan despierto, juro que en esre momento terminé de despertarme.

—Kacchan no es que no quiera a Kirishima pero realmente no quiero que me vea así— mi cara estaba roja, solo me limité a esconderme mientras lo decía.

—Conejito, el tío Kiri te levantó ayer ¿ó no? A parte, necesito que cada vez que te refieras a pelo pincho sea con el título de Tío ¿sí? Tenes que acostumbrarte— Kacchan me hizo rebotar mientras me daba un beso en la frente.

—¿Hay algo que quieras llevar a la habitación del Tio Kiri? — pensé por unos minutos y solo se me ocurrió el conejito enojado.

Pareció leerme la mente, Kacchan lo tomó a continuación junto al chupete y a la manta de conejito.

Se sentía totalmente surrealista salir de esta manera de la habitación de Kacchan, temía encontrarme con alguien en este estado.

Si alguien me hubiese dicho esto en el pasado, probablemente me hubiese reído.

Mis pañales se notaban con la remera que tenía puesta, la cinturilla del pañal pamper era totalmente distintiva. El tener un clip de chupete sujeto a la misma remera con una estampa de osito no me dejaba de una manera adulta.

Simplemente lloré un poco, no sé si era por cansancio, por la vergüenza, porque Kacchan no iba a estar o porque se notaba mi ropa. Tal vez, era todo junto. Tal vez más porque Kacchan no iba a estar para darme consuelo.

—No quiero Kacchan — tiré un poco de los cordones de la capucha de él.

—Shh, lo sé Conejito pero debo de hacerlo ¿sí?— me hizo palmaditas y me acomodo la ropa. Por lo menos, una de todas las cosas que numeré habia desaparecido.