Juntas

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"No soy capaz de pensar ahora. Miles de pensamientos albergan en mi cabeza. No, así no puedo.
Cierro el Word que tenía abierto y entro en Facebook. Tecleo su usuario y rápidamente aparece en la pantalla su foto. Reviso el perfil en busca de algo nuevo. Nada. Santi no ha añadido ninguna publicación."

El sonido del móvil rompe el silencio.
- ¿Si? ¿Quién es?
-¡Hola Iris! ¿Cómo estás? Soy David... Tu... Padre. - aquello suena seco y cortante.
Ella no consigue pronunciar palabra. No da crédito a lo que oye. Es su padre.
-¿Papá? Qué raro que me llames... - Iris utiliza un tono que no da mucha confianza a su padre.
-Quería felicitarte. Felicidades, cariño.-
al otro lado de la línea el padre sonríe, sigue siendo su pequeña. Sabe que ella le guarda aun rencor por lo que pasó años atrás.
-Gra... Gracias. No esperaba tu llamada. - tartamudea al hablar y sin saber que decir.
Se siente incomoda. Quiere hacerle muchas preguntas, pero no se atreve debido a su timidez. Ha pasado mucho tiempo.
Son 2 minutos largos en silencio. La tensión se puede notar a quilómetros.
-¿Todo bien por ahí? Espero que estéis bien. Solo quería felicitarte. Espero que pases un buen día- el padre habla con calma.
-Sí, todo bien. - miente.
-Me alegro.
Tras otro largo e incómodo silencio, la chica decide despedirse de aquel hombre que tanto daño le ha causado.
-Bueno, me alegro de escuchar tu voz. Te dejo que tengo que estudiar. Un beso. Adiós David.
-Adiós Iris. Un beso.
A David le duele que ya no le llame "papá". Pero es algo que se merece por su comportamiento.

Iris se queda pensativa durante un segundo.
Aun no se puede creer que David, quien lleva desaparecido años, le llame en su 18 cumpleaños para felicitarla.
Ella y su hermana Iria han sufrido mucho todos esos años.
Su madre casi no estaba en casa. Trabajaba horas extras para poder pagar los gastos de las dos niñas.
Aunque ya eran adolescentes, Iria solo tenía 16 años, e Iris 18.
Isabel las quería con todo su alma. Era su madre. Para ella también había sido muy duro afrontar la huida de su marido. Pero con el tempo, ha aprendido a aceptarlo y a seguir adelante sin el.

Ya sabe que puede escribir. Cierra la pestaña de Facebook y abre de nuevo el Word.
Una pequeña y salada lágrima cae en el teclado de su viejo ordenador.
No esperaba esa llamada. Sin quererlo, había sentido la necesidad de llorar y expresar todos esos sentimientos reprimidos hacia su padre.
Otra lágrima. Y otra. Por sus sonrosadas mejillas brotan pequeñas lágrimas desordenadas que caen sobre el portátil.
Alguien llama a la puerta.
-Oye Iris me dejas el top na... - no acaba la frase, al ver el rostro de su hermana húmedo, acude a ella rápidamente.
-David... Papá me ha llamado... - lo explica derramando lágrimas cada vez más grandes. Se sorbe la nariz y sigue hablando. -Me quería felicitar por mi cumpleaños.
La hermana escucha atentamente a su hermana, cada vez más sorprendida por aquella situación. Callada.
-Iria han pasado muchos años... Estábamos bien sin el... ¿Porque ha tenido que aparecer ahora? - cada vez llora con más intensidad.
-Venga hermanita... Tranquila... - intenta calmarla sin mucho éxito.
La pequeña de la familia llama a su madre que acude asustada. Iria le cuenta lo sucedido. Isabel, perpleja, abraza a la mayor con fuerza.
-Vamos a afrontar esto como siempre lo hemos hecho, cariño. Juntas. - y con esas ultimas y cálidas palabras, las tres muchachas se funden en un largo y emotivo abrazo.

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2015 ⏰

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