Young Love [Michael Jackson y tú]

1- Day.

Caminaba por los pasillos del instituto.
Miraba atenta el suelo y el cabello que caía sobre mi cara; hace algunos días -cuatro para ser exactos- perdí la competencia de arte más importante de mi vida. Todo gracias a "él".
Hoy asistí a clases por petición de mis amigas, a las cual no he visto, apenas tuve la primera clase y ya quiero salir de ésta cárcel.

-¡__tn!- escuché unos metros más adelante.

Al subir la mirada vi a Aimee y a Lía.
Aimee es de piel canela, unos centímetros más alta que yo, de cabello castaño oscuro y ojos grises, de un tono verde.
En cambio Lía es baja y blanca, ojos celestes y de cabello un poco más rubio.

-¡Qué bien qué hayas venido!- Lía se lanzó a abrazarme y yo correspondí con algo de incomodidad.

-Sí...- solté dos pequeñas y casi indudables carcajadas.

-Oh, lamentamos haberte forzado a venir. En serio, sabemos cuanto te dolió perder aquél concurso- dijo Aimee acariciando mi mejilla.

-No se preocupen, debía salir algún día- sonreí falsa.

Fui a mi segunda clase del día, ahí me tocaba con Aimee, que suerte.
La clase en sí fue lenta y normal, como siempre.

-__tn, mira esto- me susurró Aimee.

-¿Mh? ¿Qué?- susurré de vuelta.

Fue cuando Aimee metió una bolita de papel a su boca y también me mostró una bombilla (o popote) y sonrió, señalando con sus ojos alguno de los estudiantes en la sala.

Al mirar a quien señalaba, me encontré con "él", con la espalda ancha y cabellera negra y rizada del mejor estudiante y también el más codiciado del instituto. Jackson.

Con mi cara y algunas expresiones quise decir "Debes estar bromeando".
Aimee sólo me negó con la cabeza.

Tomé mi libro con fuerza y tapé mi rostro con el, al ver como mi amiga alistaba su postura y buscaba a su objetivo. Entonces, dejó salir el proyectil y rápidamente tomó su lápiz y miró su cuaderno, como sí pensará.

Esperé unos segundos y miré a Jackson, él miraba de reojo a Aimee.

La hora pasó rápido después de eso, para cuando debíamos salir, yo y la castaña guardabamos nuestras cosas, otra presencia apareció ante nosotras.

-¿Haz sido tú?- dijo tirando la bolita de papel al cabello de Aimee.

-¡Hey! No hagas eso- exclamó con molestia Aimee, yo le quité la bolita con cuidado.

Entre Michael y Aimee se miraban con rivalidad, esto no es bueno.

-Ah, te equivocas Jackson. He sido yo- dije sin pensar.

-¿Tú?- dijeron los dos al unísono.

-Sí- hablé firme.

-Ya veo- Michael me miraba con cierto rencor, u odio. No sabría decirlo.

Creo haber olvidado mencionar, que yo, __tn Levi y Michael Joseph Jackson no nos llevamos muy bien.

Todo ocurrió el año pasado.
Ahí fui conocida como la chica más buena en lucha de todo el instituto.

Mr. Jackson tenía una novia llamada Lisa-Marie, no era mala, pero cuidaba lo suyo. El rumor de que yo y él nos traíamos algo, se extendió por todo el instituto; yo intenté explicar y aclarar todo. Sin embargo, Lisa no quería entender que todo fue un rumor más que falso. Así que yo, no tuve más opción y... Me peleé con Lisa, provocando que ella se lesionara una muñeca y yo terminara con el labio roto.

Y como en todo ese lío, Michael no negó nada, Lisa terminó con él.

Desde ahí, Michael me... Odia.. supongo.

-No me sorprendes en lo absoluto- la voz de Jackson me hizo despertar.

-Ah... Tampoco intentaba hacerlo- sonreí satisfecha.

Sí ya me odiaba, ¿qué tanto más podría hacer?

Michael se retiró del salón y Aimee Button me tomó de los hombros.

-¡¿Acaso estas loca?!-.

-Tranquila, no pasa nada-.

-Mh- frunció los labios con duda -intentaré creerte-.

Lamentablemente, justo cuando terminamos de tomar nuestras cosas, la tercera clase había comenzado.

-Nos vemos, estaré con Lía- Aimee asintió y se fue por otro pasillo.

Caminé hasta el salón que me tocaba y por suerte el maestro aún no llegaba.

-A tiempo- dijo Lía sonriente.

-Por poco-.

-Bien clase- dijo el señor Bonnefoy -saquen sus libros y vayan a la página 231-.

Después de aquello, el día transcurrió normal, nada de que sorprenderse.
Iba camino a casa, volvía al frío vacío de aquél lugar; definitivamente adaptarme a tanta soledad sería un desafío grande. Pues hace poco me había independizado.

Al llegar y abrir la puerta suspiré con cansancio. Mañana sería un nuevo día.

Fin capitulo 1.