When love flows in you (JongKey Fanfiction)

Prólogo

El suave soplido del viento acariciaba suavemente la tersa y suave piel blanca, pasando por largas extensiones de esta, hasta llegar a los hombros, ocasionando un agradable cosquilleo. Lo sentía por toda su piel, envolviéndolo en un manto de viento fresco, alborotando sus rubios cabellos y haciendo que mechones cayeran con gracia sobre su frente.

Afilados ojos cafés, llenos de intensa profundidad, iban de un lado a otro, de arriba abajo, observando todo lo que se presentaba ante ellos. Boca cuyos labios tenían el arco de la parte superior en forma de corazón, los cuales dejaban un largo suspiro.

El sonido de un trueno se hizo presente en la habitación obscura en donde se encontraba aquella criatura, haciendo que la escena que el presenciaba en ese momento se hiciera aun más patética.

Estaba sola esta criatura en el mundo, estaba ante la gran ventana, las dos puertas abiertas en par en par, dejando que pequeñas gotas caigan sobre su cuerpo. Se encontraba sentado en el frio suelo, con sus níveas piernas desnudas pegadas a su pecho cubierto en una camiseta blanca y larga.

Se sentía tan vacío en ese momento. Eran esos instantes en su existencia en los cuales se preguntaba a si mismo en la razón por la cual seguía respirando, pero como la mayoría del tiempo, no encontraba ninguna que le aliviara esa soledad que lo atormentaba ocasionalmente. En cada segundo que pasaba, sentía que ese indescifrable dolor no se iba de su pecho, segundos en los cuales perdía las esperanzas que ese sentimiento se evaporara, ese sentimiento de vacío y completa soledad que empezaba a atormentarlo.

La razón la tenía justo al frente de él. Sus ojos se entornaron a la gran ciudad que se encontraba justo debajo de sus pies, habitada por miles y miles de personas felices, siendo amadas por sus hijos, amigos y parejas. Algo que él nunca iba a tener, porque él solo está con sus delicados pies en la tierra por una razón, y esa razón no incluye ser feliz y amado. No, Era algo mucho más complejo que eso.

Llevaba mucho tiempo en la tierra, siglos para ser más exactos. Cuando Dios entendió que la solución del odio era el amor, él mandó al mejor y más hermoso ángel que el poseía, e hizo de él un mensajero para los seres humanos, dando amor a los que lo necesitan y otorgando felicidad con solo un flechazo de la única arma que llevaba, que por primera vez en toda la historia del mundo, un arma no daba dolor si no amor puro.

Aquel ángel fue una vez bondadoso, amable y humilde, quien solo quería ayudar a la raza humana que su padre tanto amaba, y por esa razón dio a cambio su felicidad y libertad por las de las personas que iba a ayudar con su acto de generosidad.

Pero hasta el ser más puro de los cielos puede caer...

Caer en lo más profundo que es el abismo de la soledad y la perdición que provocaba estar en la tierra de los humanos.

En algún punto, al dar a cambio su felicidad y libertad, solo ocasionó en él una soledad infinita que se instalaba en su pecho cada vez que respiraba, la obscuridad de su alrededor lo vio débil y lo lleno de tristeza. Aquel ángel que había sido el orgullo de Dios, solo quedó la sombra de lo que alguna vez fue.

Su acto de generosidad se volvió una costumbre monótona, la cual ya no podía seguir, cada paso que daba en su propia celda se volvía aún más pequeño, ocasionándole frustración al ángel.

Hasta llegar al punto de acabar con todo su dolor.

Todavía se recuerda ese anochecer, se veía tan hermoso desde la azotea del edificio de veinticinco pisos. Sus largas alas blancas se extendían, listas para aletear hasta que ya no tuvieran más energía, pero en vez de hacer justo lo que era instinto para él, las dobló lentamente. Cerró los ojos e inhaló el aire frío que estaba impulsándolo con su danza alrededor de su piel para seguir adelante, provocándole una paz en su desastroso interior. No sintió ningún tipo de temor cuando al dar un paso más, el piso se quedaba atrás. Una traviesa lágrima bajó por sus pronunciados pómulos y una triste sonrisa cruzó por su boca.