sin Raven

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Había pasado un año desde la boda de Raven y Chico Bestia. La pareja había disfrutado de su matrimonio y se había convertido en una parte integral de los Jóvenes Titanes. Pero ahora, estaban a punto de enfrentar el mayor desafío de sus vidas: la llegada de sus hijos.

Desde el momento en que Raven descubrió que estaba embarazada, ambos estaban llenos de alegría y emoción. La noticia se extendió rápidamente entre los Titanes, quienes estaban encantados con la idea de tener nuevos miembros en la familia.

Sin embargo, el embarazo de Raven no fue fácil. Desde el principio, experimentó complicaciones y tuvo que ser cuidadosamente monitoreada por los médicos. A pesar de todos los obstáculos, Raven se mantuvo valiente y optimista, confiando en que todo saldría bien.

Chico Bestia estuvo a su lado en cada paso del camino. Cuidaba de ella, la mimaba y la apoyaba en todo momento. A medida que el embarazo avanzaba, Chico Bestia le contaba a los bebés todas las aventuras y hazañas que habían vivido como Jóvenes Titanes. Les hablaba de las batallas que habían librado y de cómo habían protegido al mundo juntos.

Pero a medida que los meses pasaban, la salud de Raven empeoraba. Los médicos luchaban por mantenerla estable y segura, pero su condición era cada vez más delicada. Chico Bestia estaba desesperado por salvar a su amada y a sus hijos, pero se sentía impotente ante la situación.

Finalmente, llegó el día del parto. Raven estaba débil y agotada, pero su determinación no se había desvanecido. Chico Bestia la sostenía de la mano, tratando de transmitirle fuerza y amor en ese momento tan difícil.

Los médicos hicieron todo lo posible para asegurar un parto seguro, pero las complicaciones eran demasiado graves. A medida que los bebés venían al mundo, Raven se debilitaba aún más. Y en medio de ese torbellino de emociones, Raven dio a luz a dos hermosos bebés: una niña y un niño.

El llanto de los bebés llenó la habitación, pero también fue acompañado por un silencio aterrador. Los médicos se dieron cuenta de que algo andaba mal. Mientras trataban de salvar a Raven, Chico Bestia tomó a sus hijos en brazos y les contó lo que había sucedido durante el embarazo de su madre.

Les habló de cómo Raven había luchado valientemente por ellos, de cómo había enfrentado cada obstáculo con coraje y determinación. Les contó sobre las aventuras que habían vivido juntos como Jóvenes Titanes y cómo Raven siempre había estado allí para protegerlos.

Mientras Chico Bestia les hablaba, las lágrimas corrían por sus mejillas. Sabía que tenía que ser fuerte por sus hijos, pero el dolor de perder a su amada esposa era insoportable.

Después de un largo y angustiante tiempo, los médicos finalmente anunciaron la triste noticia: Raven había fallecido. Chico Bestia se sintió destrozado, pero sabía que tenía que seguir adelante por sus hijos.

En los días y meses siguientes, Chico Bestia crió a sus hijos con amor y dedicación. Les hablaba de su madre todos los días, les mostraba fotos y les contaba historias sobre ella. Aunque los niños nunca conocerían a su madre en persona, siempre sentirían su amor y su presencia a través de las palabras y los recuerdos de su padre.

A medida que crecían, los hijos de Raven y Chico Bestia se convirtieron en miembros valiosos de los Jóvenes Titanes. Heredaron los poderes de su madre y se convirtieron en héroes en su propio derecho. Pero siempre llevaron consigo el legado de su madre, recordando su valentía y sacrificio.

La historia de Raven y Chico Bestia se convirtió en una leyenda entre los Jóvenes Titanes. Su amor inquebrantable y la fuerza que encontraron en los momentos más oscuros inspiraron a todos los que los rodeaban.

Y aunque Raven ya no estaba físicamente presente, su espíritu vivía en cada uno de ellos, recordándoles que el amor y la valentía pueden superar cualquier obstáculo.

Fin

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