El caballero y los dos jóvenes huérfanos caminaron por atajos silvestres, evitando los senderos hasta salir del territorio Antheino.
Mientras tanto, unos días después, el ejército de Anthea se movilizaba y comenzaba a investigar el suceso de la noche de las llamas ocurrido en Elmsford.
Cuando el miedo y la desesperación se apoderaron de la capital, salieron a la luz las verdaderas intenciones de algunos ciudadanos y otros se acobardaron ante el poder de los dominantes.
Leone se encontraba en la plaza central de la capital, descuidado, sucio y herido, abriéndose paso entre la multitud aglomerada en la plaza, viendo cómo el rey Jarsha I estaba a punto de dar un discurso motivador para calmar el ambiente.
—Querido pueblo—habló el monarca con voz determinante—, ya soy consciente de todos y cada uno de los detalles sobre el pasado incidente ocurrido hace una semana en nuestro querido pueblo de Elmsford. Si bien los informes son aterradores y la situación es de gravedad extrema, me enorgullece decir que contamos con las fuerzas necesarias para hacer frente a esta amenaza. Todo gracias al poder militar que ostentamos debido a la incesante lucha de nuestros guerreros externos en el extranjero y los múltiples avances tecnológicos gracias a nuestra exitosa revolución contra esos seres tan horribles que nos sometieron un día.
Sin embargo, todos los que una vez levantamos la mano para pegar a nuestros flageladores con su propio látigo sabíamos que llegaría el día en el que tomarían la más grande de las represalias contra nosotros. Y para ese día, nos hemos estado preparando todos estos años, tanto yo como nuestro ejército, y como estuvo preparándose también nuestro héroe libertador y difunto amigo... Antheodor.
Estimado pueblo, debo decirles, por lo que se me demanda como rey y protector de nuestra amada patria, que ese día ha llegado. No pensamos echar ni un paso atrás. Y nadie de nuestro pueblo lo hará jamás, hasta conseguir nuestra libertad total.
Por una historia de siglos de sufrimiento, que en nuestros genes descansa, saquémoslo a flote, juntos... ¡¡¡Derrotemos a esos demonios!!!
—¡¡¡SIIIII —gritaron con fervor los oyentes Antheinos—POR NUESTRA PATRIA, POR NUESTROS HIJOS, POR LA LIBERTAD!!!
Leone escuchó el potente discurso del rey hasta el final y marchó a casa de Millow.
—Ha sido un gran discurso, majestad —afirmó el Comandante Lucius, un hombre de estatura alta, cabellera negra, ojos rasgados y facciones marcadas que le otorgaban un serio e intimidante aspecto.
—Espero haberles alentado lo suficiente, Lucius, para que puedan soportar, esta época oscura —respondió el rey mientras se retiraba del escenario siendo vitoreado por toda la plaza entera.
Leone llamó a la puerta de los Woodstock. Cuando cayeron en cuenta de que era Leone, le abrieron sin dudarlo y Millow quedó asombrado.
—Pequeño—le dijo la señora Woodstock—, creímos que habías muerto, qué alegría que estés vivo.
—Sí—afirmó el señor Woodstock—, ¿qué fue de los Galant?
—La familia Galant está muerta, vi sus cadáveres—respondió Leone con la mirada desconsoladamente perdida y apretando las manos—y la mía también.
Al escuchar esto, Millow estalló en un llanto amargo.
—Lo siento, Leo... lo siento, debería haber estado con vosotros, haberte buscado a ti, a Reno... tuve miedo cuando escuché la explosión y nos dijeron que venía de Elmsford, me acobardé y quise confiar en que estaríais bien. Fui un cobarde—se lamentaba el joven.
Leo le lanzó una mirada sin alma, como si estuviera vacía.
—Cielo, no es culpa tuya —son esos asquerosos dominantes—consoló a su hijo la señora Woodstock—, seguro que están detrás de esto.
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A.R.C.A.N.U.M
Fantasía"¿Cuál es el motivo de la violencia? ¿Qué es lo que nos impulsa a matar, a sufrir? La ira, la traición, la sangre, los linajes, el poder. Sin embargo, también hay motivos inocentes: los sueños, la vocación, la lealtad, la protección, el amor". Sumé...