🔸Cap. 25

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Si no se podía poner más molesto para Perth, Saint se atrevió a besar la mejilla de ese chico; el pelinegro se grabó su rostro.

– Ya, podemos irnos –dijo totalmente serio tomando de la mano al bailarín, y llevándoselo junto a él.

Saint no tuvo tiempo de despedirse de su admirador, Perth caminaba por el pasillo en silencio hasta la puerta ya muy conocida del camerino, ahí estaba su guardia y Chris que estaba dibujando.

– ¡Papi! –dijo muy animado al ver a Saint, y Perth soltó su mano para que pudiera abrazar a Chris– ¡Perth! –saludó el niño yendo a los brazos del mafioso, este lo tomó y lo cargó.

– Hola Chris –sonrió, era demasiado débil cuando se trataba de niños, le gustaban los pequeños y en especial estaba encantado con Chris porque precisamente era hijo del chico que le gustaba.

– ¿Vas a jugar conmigo? Estoy dibujando.

El pequeño Chris aún en los brazos del pelinegro, señaló al piso cerca de la puerta donde tenía hojas de papel y colores.

– Saint tienes que comenzar a trabajar –le recordó Yago al ver que se habían entretenido.

La sonrisa de Saint se borró al instante, Yago tenía razón estaba ahí para trabajar.

– Voy a hablar un ratito con tu papi y después vengo y juego contigo ¿Sí? –susurró Perth en modo secreto, Chris sonrió.

– ¿Promesa? –alzó su meñique.

– Inquebrantable –dijo el pelinegro totalmente en su mundo con Chris entrelazando su meñique con el del niño sellando así la promesa.

Lo dejó en el piso y entró al salón con Saint. Nada más la puerta se cerró el bailarín ya estaba contra la puerta, con sus dos manos siendo sostenidas sobre su cabeza por una de las de Perth.

– ¿Por qué coqueteas con alguien en mi presencia? –preguntó seriamente, tan frío e intenso que Saint no creía que fuese el mismo hombre que hace un momento hacía promesas de meñique con su hijo, pero aun así sonrió.

– ¿Y qué hay de malo en eso?

Tanapon agarró del cuello a Saint -sin apretar realmente-.

– Sabes bien que ando como perro detrás de ti.

– Hay muchos que andan detrás de mí, Tanapon –retó el bailarín; si bien ellos no eran novios y mucho menos amigos.. los amigos no se comen la boca cada que pueden ¿O sí?

Perth bajó su mirada justo a aquellos labios que tanto le gustaban, sin decir nada más lo besó posesivamente, y eso le encantó al bailarín, quien siguió aquel desordenado beso explorando la boca de Perth con su experta lengua y el pelinegro bajó la guardia aflojando el agarre en las muñecas y cuello de Saint, este comenzó a guiarlo hasta el sofá.

Cuando el pelinegro se sentó, Saint se separó solo para quitarse la bata dejándose ver únicamente con el boxer-Tanga. Perth mordió su labio mirándolo de pie a cabeza.

Saint no tardó en sentarse en el regazo de Perth quien de inmediato puso ambas manos una a cada lado de la cintura del bailarín, pues hace un tiempo Saint había omitido con él la regla de no tocarlo.

– Te gusta provocarme ¿Cierto? –preguntó repartiendo suaves besos por el pecho y hombros del chico sobre él.

Saint cerró sus ojos dejándose hacer.

– No sabes cuánto me encanta provocarte Perth Tanapon.

– ¿Por qué? –preguntó por inercia pasando su lengua por el pezón derecho del stripper.

El Mafioso Y El Stripper [Adapt./PinSon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora