cuatro

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Advertencias: Heeseung!Alfa x Jungwon!Omega. Temática de mafia. Smut. Narración de prostitución. Angst, drama, fluff, y un montón de otras cosas.

... A él no le importa que tenga un pasado en Las Vegas...

Jungwon entró al mundo de la prostitución cuando tenía dieciséis años, la edad legal de los omegas en Corea del Sur. La edad legal para casarse, según dictaban las leyes del país.

Él no sabía quiénes eran sus padres, porque fue abandonado cuando bebé y dejado en un orfanato, donde creció junto a otros omegas hombres que también fueron olvidaron. Era normal en esa sociedad, considerando que un omega varón era considerado como una desgracia, y en los orfanatos trataban de enseñarles a ser buenos omegas, personas decentes y correctas que no se llevaran por el pecado.

Todo el mundo decía que los omegas hombres eran abominaciones de la naturaleza y, por lo tanto, no servían para nada. Eran seres lascivos, sucios, sedientos de sexo y egoístas por el dinero. Eran una perversión, inmundos y lujuriosos, así que para lo único que servían era para ser prostitutos.

Jungwon escapó del orfanato cuando tenía trece años, aburrido de la vida casta que les obligaban a llevar allí. Sin embargo, en la calle no tuvo demasiada suerte. Al inicio, pensaba que lo que le decían los profesores del orfanato era mentira, ¿cómo podían mirar a los omegas varones de esa forma por algo que ellos no hicieron? Quizás eran sólo historias para asustarlos, para hacer que se portaran mejor y fueran buenos niños. Jungwon iba a demostrar que él podía hacer mucho más que recitar rosarios y usar ropa grande, él era bueno en matemáticas y ciencias, él era capaz de dar más de lo que esperaban. Encontraría un buen trabajo, podría mantenerse por sí mismo y, quizás, un alfa se enamoraría de él y...

Se equivocó. Caer a la realidad fue dura, pues todos le hacían el quite y no encontró trabajo en ninguna parte, ni siquiera como recolector de basura. Al final, terminó robando para poder sobrevivir, a pesar de que fuera peligroso. Al fin y al cabo, si los policías lo atrapaban, podría darse por muerto, ¿y quién iba a preocuparse de él y, en caso de muerte, de darle un entierro digno?

Un año después fue que conoció a otro omega varón, que venía saliendo de una tienda de ropa exclusiva. Jungwon pensó al inicio que era un alfa muy afeminado, así que se le acercó para pedirle algunas monedas, y fue cuando ese omega le dirigió una mirada.

Notó la compasión enseguida, lo que no era una sorpresa. Jungwon estaba en los huesos, escuálido y hambriento, con esa mirada de un perrito que había sido apaleado y abandonado.

---¿Necesitas ayuda?--- le preguntó aquel omega con clara preocupación ---.Eres un omega, ¿cierto? No corras, no te haré daño--- añadió, viendo el temor en los ojos de Jungwon ---.Me llamo Jo Kwon.

Jo le ofreció ir a comer algo, y Jungwon tenía tanta hambre que terminó aceptando, sin importarle realmente si pudiera acabar muerto. Después de todo, tal vez así acabaría con esa vida horrible que llevaba, donde en sus peores momentos incluso buscó comida en los basureros para poder alimentarse.

Made in Gold [Heewon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora