Capitulo 90

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Tiberius llegó con su esposa a Orley, al principio estaba escéptica sobre quedarse aquí pero, ya sea que quiera o no, no tuvo más remedio que aceptar que Orley era más seguro que cruzar las fronteras.

Le costaba creer que Arthur estuvo dispuesto a ayudarlos pero por ver a su hija haría lo que fuera.

Nadie sospecho del navío en ningún momento, incluso lograron vender los pocos bienes que tenían para disimular que eran un navío mercante.

Una vez llegaron a Orley fueron recibidos por la propia Elena escoltada por Faila. El estado de ánimo de Darla subió al ver a su hija en perfectas condiciones.

Mientras la madre e hija se abrazaban, La sonrisa de Tiberius desapareció cuando se dirigió a Faila.

—El rey se está preparando para marchar, si no aparece en lo que queda del mes probablemente lo haga a mediados del que viene.

Faila asintió con la cabeza.

—¿Cuál es el plan de batalla? —Pregunto Tiberius.

—Facil, el que se acerque lo llenamos de plomo. —Respondió Faila acariciando su fusil—. Tenemos la ventaja de que ellos no saben exactamente cómo funcionan nuestras armas ya que no la han visto con sus propios ojos. Sin duda el rey tendrá más carne de cañón que soldados.

—¿Carne de cañón? —El general levantó una ceja.

—Escudos de carne. —Se corrigió Faila.

El general asintió con la cabeza.

—¿Que pasará con nosotros una vez la guerra acabe? —Pregunto Darla, se veía una clara desconfianza en su mirada.

—No tengo la autoridad para responder a esa pregunta, mi señora. Solo puedo afirmarles que sus vidas estarán a salvo.

Tiberius miró a su esposa y le recordó lo que dijo la reina en la carta que le envío a Arthur.

—Osea que si no fuera por la carta...

—De hecho Arthur afirmó que haría lo mismo que pidió la reina incluso antes de que le mostrará la carta. —Mencionó Tiberius.

—¿Y tú confías en él? ¿Después de lo que le hizo a nuestro hijo? ¿a nuestro hogar? —Darla frunció el ceño.

—No es cuestión de confianza, mujer. —Tiberius soltó un pesado suspiro—. Arthur ha demostrado que no es irracional ni un mentiroso. Solo mira a Elena, a pesar de todo ella está bien.

—Es cierto, madre. Más que mentir, Arthur o evita las preguntas o es claro con que no dirá nada. —Explicó Elena—. Solo sé que aquí estamos a salvo mientras dure la guerra.

Darla frunció el ceño pero luego se calmó, decidió disfrutar un poco más del reencuentro con su hija.

—No causaremos problemas mientras estemos aquí. —Le mencionó Tiberius a Faila.

—Mi señor insiste en que disfruten de su estancia mientras tanto. Una vez acabe la guerra los acompañaremos con la reina Selise. —Dijo Faila.

—¿Por qué la reina Selise nos protegería? No tiene ningún sentido. —Dijo Darla.

—A diferencia de su estúpido esposo el cuál casualmente es el rey, ella si conoce bien la importancia de los Mallory. —Respondió Faila—. Incluso en esta situación, los hechos en el pasado han demostrado que los Mallory son dignos de reconocimiento y respeto. Ya sea por usted, su padre, su abuelo, e incluso su tatarabuelo. —Dijo Faila mirando a Tiberius—. Todos sabemos que está no es la primera vez que intentan erradicar a su familia.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora