Park Jimin siempre tuvo la certeza de que había venido a este mundo para sufrir, y ¿quién podía decir lo contrario? Si solo había traído a su vida malos recuerdos por parte de los que alguna vez lo hicieron parte de la comunidad mormona.
Todos le di...
Era un día típico en la facultad de derecho, las aulas llenas de estudiantes ávidos por aprender y debatir sobre las complejidades legales que rodeaban sus vidas. Yo, Jimin, estaba en medio de mis clases, inmerso en el fascinante mundo de los derechos civiles.
Nótese el sarcasmo.
— ¿Debemos escribir un informe sobre esto también? — Pregunto, tratando de retomar la seriedad de la conversación.
— Ya ya, no te hagas el loco, cuéntanos si Yoongi si te cumplió en su gran noche. — Dice mi exigente e inigualable amigo, Hoseok.
Me ahogo fuerte con mi saliva que mis compañeros a mi costado me empiezan a ver raro.
No aparto mis ojos de Hoseok en ningún momento, por su culpa tengo que pasar estas vergüenzas.
Jin, el más sensato de nosotros, interviene con su humor característico.
— Hoseok, tú mejor que nadie sabe si Yoongi es cumplidor, ya que él también te "cumplió a ti". — Comenta con pana y elegancia, provocando un chillido malhumorado muy sonoro de Hoseok.
— ¡Silencio en mi clase! ¡A la próxima interrupción, los saco! — Advierte, con la mirada fija en Hoseok, quien solo rueda los ojos con desdén, sabiendo que el profesor no se atreve a expulsarlo.
— Este viejo y sus amenazas vacías. — Murmura entre nosotros. — No seas aburrido, Jimin. Cuéntanos, ¿cómo fue? — Insiste mi hermano de leche, ignorando las advertencias del profesor.
— Gracias a Dios no tuviste nada con Namjoon. — Jin lleva una de sus manos a su pecho y suspira aliviado. — Menos mal que no me tocó compartir el mismo pene contigo.
— No es como si hubiera estado con medio Corea. — Mira grueso a Jin. — Solo fueron tres personas.
— ¿Tres? Pensé que solo eran dos, contando a Min y tu novio. — Comento con una expresión curiosa, tratando de desviar la conversación hacia un terreno menos incómodo... Para mí.
Hoseok suelta una risa traviesa.
— No todo se cuenta, Jimin.
Jin lo observa un par de segundos, con innata curiosidad o, innata preocupación.
— ¿Entonces Namjoon y tú nunca...?
Hoseok, aprieta los puños para contener su frustración, lo interrumpe antes de que pudiera terminar la pregunta.
— No te atrevas a terminar esa pregunta, Seokjin. — Es una de las pocas veces que lo he visto serio. — Porque la respuesta es un rotundo, no.
— Gracias al cielo... — Vuelve a decir agradecido, hasta que. — ¿Por qué no te metiste con Namjoon?
Este par no tiene caso ni fin.
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La clase continuó no solo con preguntas sobre la clase, sino también con las preguntas estúpidas de mi par de amigos.
Con todas las hipótesis que se han dicho se puede hacer un trabajo de investigación bien elaborado.
