Durante nuestro día a día tenemos miles de pensamientos de todo tipo, nuestra mente siempre está creando y pensando; se encuentra en constante actividad. Igual que aparecen pensamientos que nos ayudan en nuestra vida diaria y son útiles o agradables, es habitual que también aparezcan pensamientos desagradables y que pueden generarnos preocupación o angustia; estos son los llamados pensamientos intrusivos.
Los pensamientos intrusivos son pensamientos no deseados que de manera automática e involuntaria aparecen en forma de ideas, imágenes, sonidos o declaraciones en nuestra mente. Generalmente son negativos, molestos y suelen estar alejados de nuestros valores o pensamientos.
Todos tenemos pensamientos intrusivos, es normal tenerlos y no podemos prevenirlos. Lo que sucede es que nos generan un alto grado de malestar porque, en ocasiones, nos hacen sentir culpables, nos avergüenzan o nos dan miedo y por eso no solemos hablar de ellos con otras personas.Algunos ejemplos de pensamientos intrusivos son:
• «¿Realmente quiero a mi pareja?».
• «Cuando he discutido con Diego, debería haberle dicho…».
• «En realidad podría tirarme a las vías del tren y así dejar de sufrir».
• «¿Y si robo esta camiseta para no pagarla?».
• «Con la cantidad de cosas que tengo que hacer no me va a dar tiempo a terminarlo todo hoy».
• «No debería tener la habitación sin recoger».
• «¿Y si me pongo a gritar aquí en medio?».
• «Creo que no he hablado correctamente; lo he hecho fatal».
• «A ver si le ha pasado algo a mi madre».
• «¿Y si mi hija ha elegido una carrera que no le gusta?».
• «Tengo que terminar esa actividad».
• «El tratamiento no va a hacerme efecto».
¿Y qué pasa si tengo este tipo de pensamientos? Al fin y al cabo, los pensamientos son solo pensamientos. Ningún pensamiento tiene por qué hacerse realidad, o ser algo que tú pienses de verdad. No te definen ni te ponen en peligro. No son causa-efecto.
Por pensar algo no significa que lo vayas a hacer ni va a aumentar la probabilidad de que lo hagas. La mayoría de esos pensamientos están alejados de lo que seríamos capaces de hacer y, también, de nuestros valores.
¿Qué sucede cuando tenemos pensamientos intrusivos? Por nuestra cabeza pasan miles y miles de pensamientos. Entre ellos «compiten» por recibir atención y los pensamientos intrusivos hacen que fijemos mucho la atención en ellos. Tratamos de eliminarlos para aliviar el malestar que nos producen, lo cual nos hará reducir la ansiedad de forma temporal, es decir, a corto plazo.
Empezamos, por ejemplo, a preguntarnos por qué tenemos estos pensamientos, a sentirnos mal por tenerlos… Al dedicarles atención con el fin de eliminarlos, terminan manteniéndose.