CAPÍTULO 2

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Estaba aburrido.

En el hospital se pierde la noción del tiempo, no sabía si habían pasado dos semanas desde que desperté, dos meses o un año. Todo me parecía tan familiar cada mañana que abría los ojos y veía sobre mi cabeza esa extraña maquinaria que usaban para monitorear mi estado mientras estaba inconsciente.

El personal de limpieza eran los primeros en entrar en mi habitación, siempre me daban los buenos días y yo me mantenía absorto en mi silencio.

Una enfermera entró más tarde y se presentó como Kim Minhae. Esta fue diferente a otras y se limitó a revisar que todo estuviera bien conmigo sin dirigirme la palabra. En el momento en que me rodeó el brazo con esa cosa para tomarme la presión, noté que este daba casi la vuelta y la idea de que mi cuerpo se estuviera deteriorando me llenó de frustración.

¿Sería yo el que me destruía un poquito cada día? Con mi negativa para comer, a moverme o incluso a hablar con los demás. Mis visitas estaban cada vez más limitadas por peticiones mías y el que aparecía de vez en cuando era mi hyung que venía y se sentaba mirándome para ver si era capaz de iniciar una conversación, nos enfrascábamos en un duelo de miradas hasta que nos pesaba el aburrimiento y le pedía que se fuera con el pretexto de que tenía sueño.

—Puede presionar el botón rojo si necesita algo de mí ¿Desea que le ayude a bañarse? — desvié la mirada y la vi suspirar.

Hablando del rey de roma, mi hyung entró y vi que traía consigo lo más actual de revistas deportivas, no pude entender si estaba con ganas de joderme o estaba haciendo todo lo que podía para recordarme que debía salir de esa situación.

—Yoon Gu apareció en esta portada, los críticos han comparado su estilo de combate con el tuyo.

—El novato es un mal imitador— aseguré y tomé valor para arrebatar la revista de sus manos. Pasé algunas páginas y me puse al día con lo que se decía de la temporada de combates nacionales e internacionales. Ninguna de estas jodidas revistas hablaba de mí y eso más que darme ánimos, me hizo darme cuenta lo patético que era. Un atleta con una carrera destruida ¿Qué tenía de bueno eso?

—Jaekyung, tienes que comer.

—Tomo agua y té. Estoy bien hidratado.

—El doctor dice que pueden enviar alguien de salud mental para que tengas un espacio en el que puedas hablar de lo que sientes. Quizá sea de ayuda contarle lo que piensas a un desconocido. No va a juzgarte, te ayudará.

—¿Quieres saber cómo me siento? — mis manos arrugaron las revistas con fuerza, estaba a punto de volverlas basura y lanzárselas a la cara—. Me siento como una mierda. Me siento como la peor basura, no soy ni la sombra de lo que fui, no tengo fuerzas y mis malditas piernas se niegan a responder como deberían.

—Dice el doctor que han tratado de hacerte revisiones y no lo permites. Jaekyung, estamos seguros que con la rehabilitación indicada podrás mejorar.

—¿Rehabilitación? ¿Depender de otros? ¿Tener que someterme a un ridículo tratamiento en el que otros van a sostenerme?

—Será temporal.

—Ya lárgate de aquí hyung. Tomate un tiempo, está bien si no vienes. Sigan cargando los costos del hospital a mi cuenta. Después de todo, lo único que me queda es el dinero.

—¿De verdad crees que el dinero es todo lo que te queda?

Escuché que su voz crecía unos decibeles en las últimas palabras. Me miró conteniendo las emociones y me di la vuelta para recostarme y no tener que seguir mirándolo. Le oí tomar las revistas y ponerlas todas en la mesa más cercana de la cama. La puerta se abrió y después se cerró.

Mientras dormías (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora