Hola a todos! Acá un nuevo capítulo y este si que tiene advertencias.
Las cosas salen un poco mal, pero no para Daemon esta vez.
Advertencias:
- Violencia
- Lenguaje vulgar
- Sexo rudo
No olviden comentar y votar. Besos y abrazos.
Cuando Rhaenyra volvió donde su tío, se encargó de que él estuviera atado a la pared para que no pudiera hacerle daño.
Aún llevaba la marca de sus dedos en su cuello, pero no era que él la lastimara lo que la aterraba, era la mirada de odio que él le daba.
¿Se habría excedido con lo de la muerte de Caraxes? Bueno, podía solucionarlo en algún momento, darle la sorpresa de que Caraxes no estaba muerto, por mientras, solo usaría eso para manipularlo.
- No diré que lamento tenerte así- dijo ella observándolo atado a la muralla y mirándola con odio- Me lastimaste, aún llevo la marca de tus manos.
- Suéltame y con gusto te honraré con más marcas- dijo él con la voz fría y furiosa, tanto que su mirada realmente la asustó y retrocedió un poco.
- Si vuelves a ponerme un dedo encima para lastimarme, sabes quienes sufrirán- dijo ella advirtiéndolo y Daemon se puso de pie aunque las cadenas tiraban de él para atrás.
- Si logro ponerte una mano encima nuevamente, me aseguraré de que supliques perdón a todos los que has dañado, así que átame mejor, o mátame, porque me liberaré de acá y voy a ir por ti- dijo él y ella tragó pesado.
- Mi guardia dijo que querías verme ¿Qué es lo que deseabas? ¿Amenazarme? No me das miedo- mintió ella porque la verdad era que si la estaba asustando.
- Te apoyaré, te apoyaré frente al reino, pero tengo una condición- dijo él y ella sonrió.
- Creo que luego de perder a tú dragón, no estás en condiciones de negociar, viste lo que soy capaz de hacer- dijo ella feliz porque él finalmente se había rendido, finalmente había entendido que no podía contra ella.
- No te pediré que sueltes a mi hermano, sé lo mucho que lo odias- dijo Daemon mirando a Rhaenyra- Pero dejalo salir de prisión, a él, a los Velaryon, no te pido que los liberes, pero que les des una vida más cómoda- dijo él y Rhaenyra sabía que era una petición a la que podía acceder.
Un regalo para él que había decidido obedecerla.
- Puedo hacerlo- dijo ella acercándose poco a poco- Lo puedo hacer por ti ¿Eso te haría feliz?
- Me haría feliz ciertamente, me sentiría menos culpable- dijo él viendo como ella poco a poco se acercaba.
- Está bien, lo haré por ti ¿Me darás tú apoyo entonces? ¿Es una promesa?- preguntó ella con una sonrisa inocente que rivalizaba con su locura o maldad, o para el caso amabas.
- Es una promesa- gruñó él y antes de que ella pudiera ver que pasaba, él la tenía tomada con fuerza del cabello.
Ella miró las cadenas y vio que él las había roto y solo había fingido que no podía moverse bien con ellas. Estaba sola con él, en peligro, lo miró con lágrimas en los ojos y comenzó a temblar.
- No por favor, no me lastimes, nuestro bebé- gritó ella y él la apretó con más fuerza del cabello.
- Agradece que cargas a nuestro hijo en tú vientre, o créeme Rhaenyra que te haría soñar con algo tan dulce como el dolor- dijo él atrayéndola hacia su rostro y mirándola amenazante.
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El oscuro corazón de la reina (Daemyra) (Dark Rhaenyra)
RomanceRhaenyra cede ante la locura cuando ve morir a su madre. Decidida de vengarse de todos por lo sucedido, toma el trono por la fuerza, derroca al rey, y decide tomar a su tío como esposo, ya sea que él lo quiera o no.