I'm broken

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Chiara tenía a pocos metros a Violeta y es que aunque quizá le viniese bien esa charla, se negó, no quería hacerse más daño, no quería sentirse de usar y tirar otra vez, como la pelirroja le hizo sentir en la academia, no.

—Pues no...— el sonido de su teléfono sonando le interrumpió. La menorquina suspiró, pero cogió el teléfono de su bolsillo, era Martin. El chico no solía llamar por teléfono a menos que fuese importante.

—¿Martin qué pasa?

—¿Puedes venir a camerinos? Rus está muy nerviosa y no hace caso ni a Noe.

—¿Pero está bien?— Violeta frunció el ceño con las palabras de la morena.

Chiara conocía a Ruslana hacía cuatro meses, convivían juntas hacía cuatro meses y la menorquina sabía perfectamente que cuando la chica se agobiaba, odiaba que la atosigaran y no quería abrazos. Después de la academia había tenido varios momentos así por no saber cómo quería gestionar su carrera, por no sentirse cómoda con su primera canción, por la gente, por cagarla en conciertos, así que Martin, que se lo tomaba mejor, y Chiara, habían estado ahí para ella en cada lágrima, igual que sus amigos habían estado para la menorquina y las chicas para el vasco. Se hacían muy bien entre los tres, pero la morena sabía que en ocasiones, cuando sentía que las lágrimas le pesaban demasiado, Ruslana quería acudir a ella, sus abrazos eran los únicos abrazos que le gustaban y le calmaban cuando lloraba así que cuando preguntó a Martin, se sintió algo estupida, sabía perfectamente que su amiga estaba llorando, si no se habría apoyado Martin y ya está.

—Está nerviosa y me ha pedido cincuenta veces que te avise. No quería molestarte pero no sé qué hacer Kiks, la he apartado de los chicos e incluso de Noe. Estamos en camerinos, porfa, date prisa.

Chiara colgó, aceleró en su tarea de guardar la guitarra y sin ni siquiera acordarse de que su libreta todavía estaba apoyada sobre el banco y Violeta detrás, aceleró el paso al Palau.

La pelirroja, vio la libreta sobre el banco y quiso decírselo, pero cuando levantó la cabeza casi que ya estaba en el Palau así que decidió coger la libreta y guardarla, supuso su contenido y no quiso que las hojas en las que estaban las doscientas y una canciones de las que le había hablado se desperdiciaran así.

Mientras, la menorquina se permitió echar una carrera al camerino.

Fuck. He quemado el desayuno eh.— habló con la respiración agitada por la carrera para llamar la atención de sus amigos.

Martin la miró con una sonrisa, cuando Ruslana tenía una crisis, antes que abrazos, Chiara hacia un comentario gracioso, a veces se reía y a veces no, pero era su forma de calmar el ambiente y que así se calmara su amiga también, que sí se rió haciendo que la menorquina lo celebrara disimuladamente. Chiara se acercó a la ucraniana, que se sorbía la nariz intentando sonreír sentada en una silla y con Martin arrodillado frente a ella. La morena cogió otra silla y la puso delante de la suya.

—¿Are you okay?— preguntó extendiendo su brazo para acariciar la rodilla de su amiga, que negó con la cabeza.

—Hemos estado ensayando y no...no sé qué me pasa, me ahogo con "Miamor", con "Beggin", con "Walks Like an Egyptian", con "Slomo", y las canto casi seguidas y no...

—No pasa nada Rus, no estás en una gala, you are in a concert. Disfruta y si te ahogas cantando, para y que cante el público, que para eso tienes un fuckin' Palau Sant Jordi cantando contigo amor.— sonrió todavía acariciando la rodilla de su amiga.

Ruslana sonrió limpiándose las lágrimas y extendió los brazos pidiendo un abrazo de su amiga, podía ser muy adorable si quería, casi que cuando la pelirroja se mudó a casa de Chiara, cambiaron papeles, era un año menor que ella y no era como Martin, que ni físicamente ni en cuanto a actitud lo aparentaba, Ruslana sí, públicamente no, pero con sus dos mejores amigos cuando quería se comportaba como solía hacerlo Chiara con Martin, como una niña pequeña y a la menorquina le encantaba cuidar de ella, incluso pensó que su amigo se equivocaba, que la que le estaba ayudando era la ucraniana, no Violeta, como él pensaba. Centrarse en cuidarse la una a la otra les estaba ayudando a ambas, habían creado una amistad preciosa que aunque no quisiera admitirlo, le habría encantado cultivar también con cierta pelirroja mayor que ella.

ES POR TI || KiviWhere stories live. Discover now