Quackity estaba acostumbrado a las cosas extrañas.Después de todo, vivía en la Isla Quesadilla y lo "normal" estaba sobrevalorado. Hijos en forma de huevo, osos parlantes y habitantes con dudosa estabilidad mental. Sin contar los múltiples secuestros, asesinatos, robos y fraudes. Entonces, no muchas cosas lo sorprendían pero definitivamente está vez si lo estaba.
—A ver, déjame ver si entiendo. — Quackity miraba hacia abajo, con las manos en la cadera y gesto incrédulo. — ¿Tú eres Roier?
— Que si, hijo de tu puta madre. ¡Ya te lo dije mil veces! — Habló una vocecita chillona desde abajo.
— Y necesitas que te dé un beso para revertir la maldición... — Continúo Quackity, poco a poco su cara comenzando a deformarse con una mueca de desagrado.
—¡Si! ¿Harías eso por mí?— Desde su lugar, Quackity pudo jurar que los pequeños ojos brillaron, esperanzados.
—¡En tus putos sueños besaré una jodida rata! — Negó el mexicano repetidas veces, un escalofrío recorriendo su cuerpo solo de imaginarlo.
—¡Ay, vamos! Dime tú, ¿Qué tiene de malo besar una ratita? — Roier estaba comenzando a desesperarse, y el chico en este momento más alto, no dejaba de hacer gestos de asco, y mirarlo como un fenómeno — ¡Quackity!
— ¿Qué tiene de malo, dices tú? — Chilló el pelinegro, apuntándole con el dedo índice — ¡Qué no soy un puto zoofilico de mierda!
Roier suspiró.
— Solo será un besito, no serán más de tres segundos y ya.
—Eso bastará para pegarme la rabia, o sarna o peor aún... — Quackity se llevó la manos a la cara con expresión aterrada — La tifoidea.
— Para empezar, tú ni siquiera saber que es la tifoidea— Roier rodó los ojos y escaló por la mesa para estar a una altura considerable para mirar bien a Quackity, luego añadió— Las ratas no tienen eso, pendejo naco.
—¿Y tú qué sabes? — Quackity cruzó los brazos, a la defensiva.
— ¿Me vas a ayudar o no? — Con expresión triste, se echó sobre su trasero ratuno. — ¿Puedes por un momento ponerte en mi lugar? Yo también odio verme así y no como el galán de telenovelas que soy, pero el otro día regresó mi papá Vegetta y dijo que me daría una lección por andar de mujeriego y me convirtió en esto— Un pequeño chillido de ratón salió de su boca, provocando que se llevará las patitas a la cara, avergonzado. — "Solo el beso del amor verdadero romperá la maldición" así como Shrek — Finalizó ya sin contener los chillidos, pues pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojitos.
—Hey, no llores — Quackity se acercó y se arrodilló frente a la mesa, mirando con tristeza y culpa a su amigo. — También ponte en mi lugar, ¿Tú en mi lugar besarías a una rata teniendo musofobia?
— Si fueras tú, lo haría. — Contestó sin dudar Roier.
Quackity suspiró, dándose por vencido.
— De acuerdo, lo haré. Me deberás una grande eh. — Se pasó la mano por la cara y parpadeó un par de veces — Ok, ok, puedo hacerlo. Solo un beso y ya — Comenzó a alentarse así mismo y luego miro fijamente a su amigo — Viéndote bien, eres una ratita muy linda.
—¿Gracias?
— Ok, aquí vamos. — Quackity bajo la cabeza y cerró fuertemente los ojos. — Bésame.
Entonces Roier se acercó y lo besó.
En cuestión de segundos un destello cegador alumbró toda la habitación y solo cuando la luz ceso, y sintió unos labios suaves sobre los suyos Quackity abrió los ojos.
—¡Roier! — Grito alejándose de imediato, una enorme sonrisa formada en su cara. —¡Eres humano otra vez! — Chilló con felicidad, abrazándolo fuerte.
—No tan fuerte, Quackity — Se rió el castaño, luego una sonrisa ladina se formó en sus labios al darse cuenta en la posición en la que se encontraban. — Bueno, si quieres puedes hacerlo fuerte, tengo aguante.
—¿De qué...?
Entonces cayó en cuenta. Roier se encontraba sentado sobre la mesa, y entre sus piernas abiertas se encontraba él. Tragó con fuerza al subir la mirada y al taparse con sus ojos miel sintió el calor subir por sus mejillas. Mas aún, cuando aquella sonrisa con hoyuelos salió a relucir, robándole el aliento.
—¿Qué pasó, te comió la lengua el ratón?
—Deja de bromear ... — Murmuró, intentando apartarse pero el castaño lo apreso con sus brazos y piernas, impidiéndole que se vaya — Sueltame, pendejo.
— Yo creo que para estar seguros, tengo que besarte otra vez — Dijo intentando atrapar su mirada, pero Quackity simplemente se negaba a mirarlo. Eso le provocó otra sonrisa.
— Ya eres humano , no creo que debamos repetirlo otra— se vió interrumpido cuando Roier le tomo de las mejillas con una mano, apretando levemente.
— Pues yo creo que sí. — Dijo y unió sus labios sin más.
—¡Oh! Lamento interrumpir muchachos, estoy buscando mi ¡Aquí está! — Vegetta agarró del suelo lo que parecía ser una varita y la sacudió un poco— ¿Usaste magia, Roier? — Se dirigió entonces a su hijo, este negó con la cabeza de inmediato, pero se veía nervioso. — No me mientas, sé que usaste magia, la varita no miente.
— Tal vez...
Quackity frunció el entrecejo. — ¿Usted no fue el que le puso la maldición a Roier?
—¿Maldición? ¿Cómo podría ponerle yo una maldición a mi propio hijo? ¡Nunca!
— Pero si...
—¡Ay, sí! Hice magia para prepararme el almuerzo— Mintió el castaño, por fin separándose de Roier e ir hasta donde su padre. Se llevó la mano al estómago y con gesto lastimero dijo— Tenía hambre.
—Pero nene, pudiste pedirme a mi que te preparara algo. No uses la magia para cosas tan banales como esas.
—De acuerdo.
— Bueno, continúen con lo que estaban haciendo... Tortolitos— Salió corriendo tras recibir quejas de Roier.
— ¿Alguna vez mi padre va a madurar, Dios?— Roier negó con la cabeza y cuando se dio la vuelta para mirar al, ahora más bajito, tragó con fuerza. Quackity le miraba furioso, tenía los brazos cruzados y golpeaba rítmicamente el piso con su pie. — ¿Otro besito?
— Eres hombre muerto, Roier.
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MUSOFOBIA OS [Quackitoier]
Short StoryOneshot medio choto en compensación por retrasar el final de "La federación". [créditos de los dibujitos utilizados en la portada a sus respectivos artistas] xoxo iDjsMockingjay