【𝟑𝟒】

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Alice:

Vi su clara provocación, pero no iba a darle la reacción que esperaba.

— Claro que las extrañé —Repliqué, utilizando su mismo tono.— Desde hace mucho que no hay tanto ruido en casa —Sonreí forzadamente.— Si me disculpan, estoy ocupada.

Antes de que alguna de ellas respondiera, regresé a mi habitación, buscando refugio en mis estudios.

La llegada del almuerzo me obligó a bajar al comedor, donde me encontré con la mirada inquisitiva de mis hermanas.

La comida transcurrió entre charlas y risas, pero yo me mantuve en silencio, evitando intervenir.

— Y Alice, ¿Ya conseguiste novio o sigues perdiendo el tiempo en la biblioteca? —Preguntó Anouk, con su voz cargada de burla.—

— En este momento, solo me enfoco en estudiar para mis exámenes —Respondí cortante.—

Anouk se burló.

— ¿Por qué no me sorprende? Si prefieres estar en casa encerrada, en vez de convivir con personas de verdad.

Mi paciencia se agotaba, pero me contuve.

— Ay, déjala, Anouk —Intervino Odette.— Ya sabes cómo es ella... es una rarita.

Ese comentario fue la gota que colmó mi paciencia. Miré a mis padres, esperando que intervinieran, pero ellos hicieron caso omiso, sumidos en su propia conversación.

— Uh, mi error —Dijo Anouk, sonriendo maliciosa.— ¿Eso te hirió?

Su pregunta fue como un golpe bajo, pero no iba a darle la satisfacción de verme afectada.

— Pero sabes que te lo decimos por tu bien —Añadió, con su voz cargada de hipocresía.—

Coloqué mis cubiertos con un ruido metálico, lo que llamó la atención de mi madre.

— Alice, debes tener modales en la mesa —Me regaño.— No seas infantil al molestarte por los comentarios de tus hermanas, solo se preocupan por ti.

《¿En serio solo dirás eso?》

No podía soportar más la hipocresía de mis hermanas ni la indiferencia de mis padres.

Me levanté, decidida a escapar de la tensión.

— Alice Lougthy, es de mala educación levantarse sin que tu padre haya terminado de almorzar —Mi madre gritó.—

Ignoré su advertencia y seguí adelante, sin mirar atrás.

[...]

Los días pasaron y finalmente llegó la noche buena. La mansión estaba llena de ruido y movimiento, con los elfos domésticos trabajando a toda velocidad.

Para evitar el caos, decidí desayunar en el jardín, rodeada de tranquilidad. Vonley me acompañó, sirviéndome el desayuno con una sonrisa.

— Señorita Alice , le ha llegado esta carta —Dijo Vonley, regresando de la cocina con el periódico.—

Tomé la carta, y al ver el nombre del emisor, me puse nerviosa.

— Vonley, ¿Quién te entregó la carta? —Pregunté.—

— Fue Bonbey, señorita —Respondió, sonreí aliviada.— No tiene porque preocuparse. Nosotros guardamos el secreto de la señorita Alice.

Abrí la carta, y mi corazón se aceleró al leer las palabras de Fred. La seriedad de su tono me alarmó.

𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐭𝐲 (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora