NEW VERSION: XXI.

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LONDRES, INGLATERRA

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LONDRES, INGLATERRA. | HAYLEY.

Hace veinticuatro horas Masen tomó un avión hacia China dejándonos a Peter y a mí a cargo de su papá, el cual era más divertido y buena persona de lo que mi madre me había dicho. Eso sonaba muy feo de decir y Clarissa no estaría contenta con que sea amiga del enemigo, pero era la verdad.

Maxon, lo único que había hecho desde que Masen tomó el avión, fue tratarme con cariño y preocuparse por mí. Además de eso, también conocí a su novia, la cual era demasiado joven, creía que tenía mi edad. Literalmente, no exageraba. Iris lucía muy joven, incluso más que yo.

Peter la observaba con una sonrisa en el rostro, ya que para él era atractiva, pero ya le había advertido que era la novia de Maxon y que tenía prohibido intentar hacer algo. Lo estaba cuidando, no quería tener su cabeza como almuerzo al día siguiente.

Y tampoco quería tener en contra al padre de Masen, eso no me servía. El señor me agradaba, no tenía una gota de maldad cuando hablaba conmigo, sino que lucía completamente diferente cuando se comunicaba con familiares y socios o guardias. Ayer en la noche estábamos charlando sobre Italia cuando le entró una llamada de negocios, al responder su tono de voz cambió por completo.

Gracias a eso pude diferenciar que a mí me trataba amigable y a otros como si los quisiera aniquilar.

Suponía que eso era un plus, ¿O no?

— Hayley, ¿Quieres una taza de café? —me preguntó Maxon con una sonrisa en sus labios. Era atractivo, su parecido con Masen y Alessandro era increíble. Nunca había visto una fotografía de la madre de ellos, pero creía que no tenían ni un parecido, ya que hasta las facciones del rostro eran idénticas.

Maxon era la versión vieja de Masen.

— Sí, Maxon. — contesté con una sonrisa. Olvidé contar que me obligó a llamarlo Maxon y no señor Clynner. Todos aquí lo llamaban de esa manera, así que yo decidí también hacerlo para no incomodarlo, pero al parecer le molestaba que yo lo llame de esa manera.

El padre de Masen, le hace señas a la empleada y ella sonriente se dirige hacia la cocina. Nos encontrábamos Maxon y yo sentados en una de las cinco salas de estar que había en esta mansión. Sí, habíamos recorrido toda la casa con Peter y es mucho más grande de lo que pensaba.

Peter estaba tomando una ducha e Iris había decidido ir de compras, ya que le hacía falta unas prendas. — Masen me contó lo que sucedió en el gimnasio. — Dice Maxon apoyando su espalda en el respaldar del sofá. Fruncí el ceño confundida, no recordaba que había sucedido en el gimnasio. — Sobre su cicatriz.

Oh, sí, la cicatriz que le había visto en la parte baja del abdomen. — Sí, me contó lo que había sucedido.

Maxon le agradece a la empleada cuando los cafés llegan y vuelve a mirarme. — Fue un gran trauma para Mase. — dice forzando una sonrisa de compasión. — Aunque yo soy el culpable que esa cicatriz exista.

Obsesión Desafortunada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora