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Sakura estaba lista para empezar su nueva vida con Naruto, ella quería enseñarle muchas cosas y apoyarlo aunque eso significaría enfrentarse con sus miedos y cosas que no quería aceptar

Estaba frente a la puerta con Naruto detrás, fué a trabajar con él

El rubio veía todo con un poco de curiosidad, Sakura le alegraba ver un poco de entusiasmo por su mundo

Al llegar había unas pocas de personas esperándola, unos niños saludaron al rubio, él tímidamente respondió

La Haruno lo puso en una silla cerca de su mesa, pasó el primer niño con su padre

El Kitsuné se maravillo con la felicidad con la que el pequeño se dirigió a Sakura, entonces no era el único que agradaba de verla

—¿Quién es?— preguntó el padre

—Es Naruto— presentó mirándolo —Es un paciente que estoy cuidando—

—¿No tiene apellido?— cuestionó mirando a el hombre

—No, tiene amnesia— respondió sonriéndole

El rubio le sonrió también

—¡Hola!— saludó el pequeño con una sonrisa

Él respondió con un gesto con la mano

Sakura empezó a revisar al pequeño, ella soltaba algunas sonrisas en la plática con él

El rubio se dió cuenta que no solo tenía comportamientos amables con él, si no con más gente, lejos de sentirse celoso, él sonrió orgulloso de ella, que fuera mejor persona de lo que ya se imaginaba

Con el pasó de pacientes y por su admiración a la chica empezó a ayudarla con sus pacientes, él ya conocía los instrumentos de Sakura, los veía todo el tiempo y algunos los uso con él

Conoció a más gente que aunque lo veían extraño lo trataban con respeto, tal vez era por ella, conoció más aromas y además la vió haciendo algo que ella amaba

Cuando dejaron de llegar pacientes, ella le quitó las vendas, como lo pensó, sus heridas se habían curado, la peli-rosa se alegró que todo había sanado

Ino entró al consultorio cuando él estaba poniendo la prenda que le cubría el pecho

—Oh— se asombro —¿Qué estaban haciendo?— trató de intrigar

—Es mi paciente, lo revisaba— aclaró enojada

—Bien— respondió rápidamente —Quisimos invitarte a tí y a Naruto a comer un poco—

—¿Ramen?— preguntó rápidamente un poco emocionado

Sakura le alarmó que le pudieran salir las orejas y le volvió a poner la capa de manera brusca, ya estaba pensando que debería probar con un sombrero

—Si quieres— respondió un poco extrañada por lo ocurrido

—Iremos pronto— dijo con una sonrisa

La Yamanaka se fué pensando en lo ocurrido

—¿En serio iremos, Sakura-chan?— preguntó con los ojos brillosos —Quiero probar ese ramen que dices que es mejor que el tuyo—

—Yo pensaba inventar algo para no ir, no creo que estés preparado para ese tipo de interacción— explicó haciendo decaer al hombre de cabellera rubia —Pero si quieres ir, bien— dijo abriendo un cajón —Jiraiya pagá—

El oji-azul se puso feliz y la siguió

Era una pequeña aldea, los sonidos en su mayoría eran de felicidad, los olores eran agradables en su mayoría y veía muchas sonrisas, era mucho de lo que le habían privado

Él a lo lejos miró a una pareja, lo sabía porque uno de los libros que había leído venía como se veía una. Ellos iban tomados de la mano y sonrieron al verse, se dieron un beso y se dieron cuenta que él los veía, Naruto apresuró el paso al notar el descontento

Quería que un día la dinámica con Sakura fuera igual

El rubio iba detrás mientras la oji-jade saludaba a casi todos con una sonrisa, había decenas de sonrisas pero la de ella brillaba entre todas para él

Recordó porque estaba enamorado de ella

Sakura lo llevo en dónde estaban sus amigos —Él es Naruto, es mi paciente y lo cuidó porque tiene amnesia— explicó al sentarse

El rubio se sentó a un lado de ella

Sakura ordenó para los dos, sus amigos notaron a Naruto expectante

—¿Nunca has comido ramen o qué?—

—No— negó

—Eres un tonto Kiba, él no recuerda nada— regaño un hombre que se veía serio

—Es que es curioso— se justificó —Practicamente su nombre viene de un ingrediente del ramen—reclamó

Sakura notó que él la veía esperando que le explicará —Hay un ingrediente que es un pastel de pescado que se llama Narutomaki— respondió —Es como una estrella con un remolino rosa adentro, ahora que traigan el plato te lo mostraré—

—Ahora que lo pienso, no podremos hablar con él porque prácticamente no recuerda nada—

—Esa chica no es muy lista, ¿No?— Naruto le murmuró a la oji-jade

Ella se rió a lo bajó —Tú no eres una persona que pueda mofarse de eso— recriminó —Pero fue un comentario muy atinado— entre risas termino

El rubio sonrió

La peli-rosa quedó exhorta de sus amigos explicándole a Naruto sobre el ingrediente que posiblemente le dió su nombre, él quedó encantado con el platillo

—¡Es delicioso, Sakura-chan!— gritó fascinado

—No te emociones demasiado— pidió recordándole sus orejas

—Aja— se calmó afirmando con la cabeza

La oji-jade fue la que se llevó el interrogatorio, inventó una historia para explicar la presencia de la oji-azul aunque desconfiaban del tiempo que lo conocía, la forma en que lo trataba y como se llevaban decían otra cosa

Sakura siempre había sido muy mandona, con él había una combinación entre cariño y severidad, estaba al pendiente de él y se la pasaban hablando como si hubieran crecido juntos

La rubia lo veía muy sospechoso, pero su amiga era feliz, ella también se puso feliz

Todos se separaron, excepto el dúo

—¿Ya te acostumbraste a los ruidos y olores?— preguntó

El oji-azul puso sus brazos atrás de la nuca, cerró los ojos hasta parecer que estaban rasgados, y se quejó —Hay demasiados— respondió —Hay muchos que no me gustan para nada— hizo mala cara

La mujer esbozó un gesto de felicidad

—Probablemente tengas que quedarte más tiempo, ¿Podrías soportar?— ella quería que se quedará en la aldea

—¿Eh?— preguntó viendo volar ese cabello rosa que estaba a su lado, eso significaba quedarse con ella... —Puedo hacerlo— soltó para después tragar saliva —Te lo prometí después de todo— exclamó con una enorme sonrisa

Sakura sonrió con calidez y tranquilidad.

El chico en la colina [NaruSaku +16]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora