Capítulo 55

3 0 0
                                    

— ¿Estás bien ? — François se acerca a mi pero ni si quiera me molesto en voltear a verle, su presencia no me molesta pero tampoco es de mi agrado.— No te ves bien Salomé..

— Estoy mejor que nunca.— respondo con algo de sarcasmo en mi voz.

Esta mañana me levanté con buen humor, elegí el atuendo adecuado para el funeral, también elegí un velo de color negro para darle un poco de dramatismo al asunto, no busco llamar la atención como la pobre viuda, no, pero aunque no quiera que nadie me vea de esa manera sé que lo harán de todas maneras.

Estaba delante del ataud de mi esposo, puse mis sentimientos aun lado, las lágrimas y los lamentos no harán que Alexandré regrese. Me tomó poco tiempo aceptar que él ya no existe en este plano terrenal, más sin embargo, vivirá en mi memoria por siempre. Algo así no me había pasado antes, era la primera vez que me arrebatan a alguien importante para mí de esa manera, y no sé cómo sentirme al respecto, ¿Debería sentir miedo, rabia, dolor... tristeza? No lo sé, no se que sentir.

En el funeral del señor Belmont asistieron varias personalidades importantes, sus amigos, socios y allegados, en cambio, en el funeral de Alexandré solo asistieron unos pocos y la gran mayoría de ese pequeño grupo son allegados de la señora Belmont, solo vinieron por ella. No me sorprende que este funeral esté tan vacío y tan deprimente, Alexandré no tenía amigos y sus empleados no lo querían, solo hubo una excepción, el asistente personal de Alexandré,  quien colocó su mano sobre el ataud de Alexandré y me dió unas palabras de aliento.

— Estoy agradecida de que estés aquí, fuiste el único amigo de mi espo..— él me interrumpe.

— No éramos amigos, solo teníamos buena relación de trabajo. — este mete su mano en su saco para luego sacar una tarjeta.— esta es mi tarjeta de contacto, estoy a su disposición señora Belmont, necesita ser fuerte, mucho más que el señor Belmont, estoy de su lado.— tomo la tarjeta de inmediato, me viene bien un nuevo amigo, además, estoy segura que él sabe todos los secretos de mi esposo.

— Gracias, perdona, nunca tuve la educación de preguntar tu nombre.

— Antoine, Antoine Siné. — Le di las gracias a Antoine nuevamente y este se retiró.

— Alexandré, amarte fue realmente difícil, me pregunto si alguien más te aprecia, creo que soy la única que lo ha hecho. Esto me recuerda a nuestra boda, fueron pocos invitados, solo tú, yo, y tus hermanos, esta vez no es diferente cariño, al final nos quedamos solos.

Me moví al baño y me encerré por un tiempo ahí, desearía estar sola en este lugar, solo él y yo, no necesitamos a alguien más. No puedo más con esto, pretender que todo esta bien es agotador pero se que saldré adelante de alguna manera, aun la noche sea larga tarde o temprano saldrá el sol, se que las cosas caerán por su propio peso, todo se arreglará de algún modo solo debo mantener la calma, tomar el control de la situación y todo estará bien.

Los ejercicios de respiración me han ayudado a calmar mis nervios pero no tengo remedio para calmar el dolor que tengo en el alma, ese vacío que quema al parecer no tiene una cura, ahora que Alexandré ya no está, me siento más sola que nunca.

— ¿Salomé, estas ahí?— puedo identificar la voz de Geraldine y decido salir del baño. Al abrir la puerta ella me recibió con un gran abrazo, de sus ojos brotaba lágrimas de tristeza, sentí envidia porque Geraldine sí puede llorar, desahogarse y sentir pena, en cambio yo, ni si quiera puedo fingir un llanto.

Geraldine me sostiene del brazo mientras dice algo pero no logro escucharla, mis oídos zumban y todos a mi alrededor se mueven de un lado a otro en cámara lenta, sus miradas curiosas se posaban en mí, me sentía dentro de un film de terror, el ambiente se volvió denso y oscuro, de momento me sentí con frío, y si no fuese por Geraldine quien aun me sostenía ya me hubiera desvanecido, mis piernas perdían fuerza a cada paso que daba, de repente me sentí ligera como una nube.

The million dollar manWhere stories live. Discover now