Siempre te elegiré a ti [Ramón x Lector]

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No conozco la vida más allá de este árbol. Nací encerrado, con miedo a ser atrapado y devorado por esas grandes criaturas llamadas bertenos, seres gigantes, deprimentes y siempre con una cara larga, no les gustaba bailar ni cantar, siempre opacados con esos colores grises.

El color sólo puedo apreciarlo en mis compañeros trolls y a veces en mí, lo cual no puedo comprender, me siento de lado, extraño, ajeno.

Nací entre rejas, sin libertad y sin padres verdaderos, no me malentiendan, tengo un progenitor pero no un padre. Mi árbol genealógico no destaca por trolls bailarines o cantantes, más bien por guardianes y protectores. Mi razón de vida es proteger a nuestra familia real del pop, es decir, al rey Pepe, princesa Viva y nuestra nueva princesa, Poppy.

Ese día era especial, eran horas antes de nuestro gran escape de este árbol. Corrí al lugar que se me fue asignado y lo ví. Me detuve en seco y me arrodillé de inmediato.

–Padre están listos los túneles –mi mirada se dirigió directamente a la figura de autoridad frente a mí, ese cuerpo azulado y de aura prepotente, ese ser que tanto miedo me da.

–Bien, mañana es el trollsticio y debemos proteger a todos

Sólo moví mi cabeza en aprobación y me alejé de ahí. Quería desearle unas buenas noches pero mi padre ya se había marchado. Suspiré agotado, necesitaba descansar mañana era el gran día y proteger a todos mi deber, aunque realmente no podía hacer mucho, aún era un pequeño troll de 4 años, pero está ocasión era el momento adecuado para demostrar a mi padre que estaba preparado para la protección de la realeza pop.

En mi caminata entre las ramas de este gran árbol encontré a un extraño troll, pequeño y sin color, guardaba todo lo que tenía en una gran mochila. Dudé si acercarme o no a él, pero este simplemente al verme, este huyó a esconderse. No le tomé mucha importancia y seguí mi ruta.

Ya estando en mi flor me lancé en mi cama y dormí todo lo que mi cabeza me dejó, los nervios y los pensamientos insaciables no me dieron mucho descanso. Pensaba en todos los posibles escenarios, los cuales no eran muy positivos, me daba vuelta sobre mi cama en un vago intento de conciliar el sueño, pero cuando por fin estaba dejándome llevar por las manos de Orfeo, unos rayos de sol me detuvieron, además de los pesados pasos de mi padre, los cuales me levantaron de un brinco.

–¿Todavía no estabas levantado? –mi padre abrió rápidamente un pétalo de mi habitación, mirándome decepcionado por seguir en cama.

–Padre... Disculpa, estaba por levanta-

–¡Silencio! por este tipo de cosas yo no puedo confiarte en nada, eres flojo, nunca estás un paso adelante, siempre estás atrás.

Simplemente miré mis pies mientras mi padre me daba nuevamente un sermón mañanero. El sentimiento de insuficiencia llenaba mi pecho, la frustración de no poder ser alguien más, alguien mejor de lo que yo soy.

Mi progenitor ya se había ido, me encontraba solo admirando como los bertenos se arreglaban por este "gran día". Ya no tenía nada que hacer más que observar, ya estaban todos los huevos trolls cambiados por falsos, túneles construidos y revisados.

Suspiré antes de pararme e ir con los demás pero no muy lejos de mí pude apreciar al mismo troll gris de la noche anterior. Este sólo me devolvió la mirada y nos quedamos manteniendo este contacto, que de alguna u otra forma se sintió único.

–¡Hey! –Alcé mi voz rompiendo el cómodo silencio que nos envolvía. –¿Qué haces aquí? Deberías estar con los otros

El chico sólo siguió admirandome y por un segundo pensé que no me había escuchado, hasta que por fin logré escuchar su voz.