𝐉𝐔𝐉𝐔𝐓𝐒𝐔 𝐊𝐀𝐈𝐒𝐄𝐍 - ᵗʳᵃᵈᵘᶜᶜᶤᵒᶰᵉˢ₊ʚ 🌱 ₊˚✧

𝐒𝐔𝐊𝐔𝐍𝐀 𝐑𝐘𝐎𝐌𝐄𝐍 ── 15

⊹✩°｡⋆ ｡ﾟ☆: *.☽ .* :☆ﾟ.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃   

⊹✩°｡⋆ ｡ﾟ☆: *.☽ .* :☆ﾟ.

sumary: La menstruación es un castigo molesto y de mierda por no quedar embarazada. Por suerte, el sukuna es lo suficientemente dulce como para aliviar el dolor.

advertencia: descripciones de sangre, si no te gustan, no leas el fic. | dom semi malo! sukuna | ooc sukuna | sexo duro | chorros | juego anal menor | orgasmos múltiples | alabanza y degradación | sukuna se burla de los gemidos del lector- | torcedura de cría | menciona dejar embarazada a la lectora | dacrifilia | etc.

⊹✩°｡⋆ ｡ﾟ☆: *.☽ .* :☆ﾟ.

"Maldita mujer, ¿cuál es?"

"¡Sukuna, envié una maldita foto por una razón!" Gritaste por teléfono, con las cejas fruncidas mientras la molestia inunda tu cuerpo. Entre las tendencias idiotas de tu amante y el hecho de que sentías como si cien soldados estuvieran bailando claqué sobre tu útero, no te importaba si tus palabras eran groseras.

Aun así, el hombre observó atentamente su entorno; antes de girar el teléfono para permitirle ver la vitrina de almohadillas.

"Solo dime cuál, así puedo irme ya".

Te chupaste los dientes, acercaste el teléfono y entrecerraste los ojos ante la pantalla. No podrías estar completamente enojada con el hombre, dado que fue amablemente a la tienda por ti con solo poner los ojos en blanco. Algunas de tus amigas no tienen la misma suerte con sus parejas. Pero aún así, ¿qué tenía de difícil mirar la foto que enviaste y luego agarrar ese paquete?

Se escapó un suave resoplido: “Ese… es uh… el morado. Largo y con alas”.

Viste cómo su mano tatuada buscaba el paquete correcto, incluso empujándolo hacia la cámara para obtener más confirmación.

"Estos son enormes..."

Sentiste que el calor inundaba tus mejillas, dando un fuerte golpe de comprar las malditas almohadillas, antes de finalizar la llamada. Lanzaste tu teléfono a un lado, girándote para hacerte una bola mientras tus brazos abrazaban tu estómago. Suaves gemidos se te escapaban con cada calambre, intentando encontrar una posición cómoda para entrar.

Probó con una almohadilla térmica, una ducha caliente e incluso pastillas para minimizar el dolor y, aun así, persistió. Exactamente con la misma intensidad que esta mañana.

Otro gemido se te escapó, el cuerpo se giró para recostarse sobre tu estómago y tu cara contra la almohada. La suavidad de tu toalla rozó tu estómago y tus muslos desnudos, lo único reconfortante en ese momento.

Mientras profundizabas en tu propia miseria, la puerta del dormitorio se abrió, revelando a tu amado novio y la bolsa de toallas sanitarias.

Sukuna echó un vistazo a tu estado de impotencia y se rió para sí mismo, arrojando la bolsa al borde de la cama. "Los calambres te patean el trasero, ¿eh?"

Sólo podías gemir, rodar sobre tu espalda y hundirte en la cama. Miraste al hombre y notaste que estaba de espaldas mientras le arrebataba la sudadera con capucha negra del cuerpo; dejando al descubierto su espalda tatuada. Luego, tus ojos se dirigieron al techo y tus párpados se cerraron.

“Probé una ducha... pastillas, todo Sukuna. Esto apesta…”

"¿Probaste un orgasmo?"

Hiciste un suave sonido de desaprobación. Sabías el método, la agradable sensación que seguramente te libraría de tus calambres, pero la idea de semejante desastre no era algo que te gustara. Tampoco pensaste que Sukuna estuviera dentro.