Este no es un poemario, sino más bien un grito silencioso, un lamento tejido con hilos de dolor. Lo escribí en las noches solitarias, cuando el mundo parecía un lugar extraño y hostil. No esperes encontrar grandes prosas aquí, ni metáforas elaborada...
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Me carcomen por dentro las ganas de ser un cerebrito igual que Einstein, me carcomen por dentro las ganas de vivir dentro de una de esas películas en las que los protagonistas viajan al pasado y al futuro para evitar catástrofes o arreglar sus vidas personales. Desearía poder tener algo de magia para realizar un hechizo de esos que te cuestan la vida, en los que provocas desastres por doquier rompiendo cientos de miles de reglas para traer de regreso a tu ser amado de la muerte. Y es que es cierto que todos vamos a morir en algún punto porque nadie es eterno, sin embargo desearía poder abrazarte una última vez y decirte en el silencio lo mucho que significas para mí.
Una persona maliciosa se ha burlado recientemente de tu muerte y vaya que removieron las fibras más sensibles de mi corazón sus palabras porque eran verdad. No te tengo, la realidad de las circunstancias me cayó como un balde de agua fría porque ya no puedo ir a ti a pedir algún consejo, no podré felicitarte una vez más en tu cumpleaños y tampoco podré escuchar tu voz y si alguien me molesta ahora sé que absolutamente nadie me va a ayudar sin esperar nada a cambio.
Me dejaste sola ¿Sabes? ¿Te das cuenta de eso? Y ya sabía que te irías antes que yo de este mundo, pero te fuiste muy pronto y sin dar una señal de ese viaje misterioso invadido de tinieblas y lloros.
Pero como siempre te decía; yo puedo.
Aunque me esté desangrando por dentro, aunque las lágrimas ya no fluyan de mis ojos, a pesar de no tener fuerzas para levantarme de la cama; yo seguiré caminando, me arrastraré si es necesario. Así, tambaleante, cautelosa, sin hacer ruido, sin molestar a nadie, sin pedir ayuda. Porque cuando regresen las fuerzas me sacudiré el polvo y con algo de suerte podré volver a caminar erguida, la sonrisa falsa de mi rostro desaparecerá y mi corazón golpeado comenzará a sanar las heridas que has dejado con tu partida.
Se me olvidó lo que te estaba diciendo, como siempre, comienzo hablando de una cosa y termino diciendo otra completamente diferente, pero me entiendes ¿no?
Quisiera ser uno de esos personajes mágicos, inteligentes, sabelotodos, quisiera poder vivir en uno de esos mundos de fantasía para poder regresarte a la vida, para poder darnos una segunda oportunidad, porque la primera ya está perdida.
