¿Qué podría traer esa noche de luna llena a la mente de la joven que compartía tan bello nombre con ese satélite natural tan mágico?
Dudas, muchas dudas...
Estaba sentada en uno de los bancos del patio de Ravenclaw jugueteando con su collar de corchos y dejando que la brisa primaveral la acariciase.
Observaba el cielo violáceo que daba lugar a que pronto Morfeo saldría a sembrar el firmamento del resto Astros.
La luna hoy tenía prisa por salir... Pensó ella..
En cuestión menos de una hora anunciarían cena en el castillo. Pero ella tenía otro objetivo.
A su lado tenía dentro de un libro de Historia de la Magia una nota en la que no había podido parar de pensar en todo el día... Un tedioso y lento día en el que no había podido llegar a tomar una decisión clara. Pero tenía que decidirse ya.
La nota era una invitación. La primera invitación formal que le hacía. Lo demás siempre habia sido instintivo, natural, visceral... Esa nota en cambio le producía más inquietud que cualquier encuentro anterior.
¿Qué hacer?
Corresponder a la cita implicaba saltarse muchas normas de la escuela.
Y si no asistía... Una parte de ella le decía que podría llegar a arrepentirse.
Por otro lado, tampoco confiaba aún del todo en la palabra del dueño de esas grafías. Tenía que admitirlo. Podría ser él quien se terminase echando atrás...y eso a la chica también le dolería.
Estaban jugando con un tipo de fuego muy extraño. Y sabía que ninguno de los dos sabía de dónde provenía.
Recordaba la primera vez que le besó.
Luna Lovegood siempre se había considerado como una persona abierta de mente, o por lo menos lo intentaba. Creía que todo podía ser posible, pero, siendo honesta consigo misma, jamás en su vida habría imaginado que llegaría a compartir sus labios con los de Draco Malfoy... Y no solo sus labios; la exposición a todo su cuerpo, al verla lo más humana posible, sus caricias, alientos y sus más escondidas fantasías que ni ella sabía que podía llegar a tener hasta cierto punto. Nunca pensó en que su cuerpo tendría con él tales sensaciones. Nunca sintió esa ansia, voracidad y sensualidad en su vida. Estaba despertando algo en ella que no conocía y que no le desagradaba... De momento.
Aunque no estaba segura de si esas reacciones eran por algo más que fuera puro placer físico. Estaba empezando a dudar. Su cabeza no lograba ordenar ciertos acontecimientos y ciertas reacciones.
Estaba teniendo encuentros en los que dejaba aflorar sus pasiones más salvajes con la persona que una vez la tuvo secuestrada en su casa.
De eso aún no habían hablado...
En realidad, no hablaban de mucho. Se comunicaban de otra forma y estaban, por el momento, conformes.
Pero el instante en el que recibió la nota lo cambió todo. La hizo poner los pies en la tierra. Como en esos momentos, que los dejaba descalzos sintiendo la hierva del patio.
Tenía cuarenta y cinco minutos para prepararse y aun estaba con el uniforme de la escuela.
Tampoco le había dado ninguna indicacion de cómo ir vestida a... ¿Podría llamarlo cita? Pero no quería ir con el uniforme para no llamar la atención.
Tenía que ducharse y ponerse la ropa... ¿pero qué? Algo que no implicara que se tomaba la reunión muy en serio, pero con lo que pudiera seguir siendo ella y verse... atractiva.
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Magnetismo (Druna)
FanficDos polos opuestos encontrados bajo la tormenta a medianoche.