Capítulo 6

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Jisoo cruzó el umbral de la puerta con un sentimiento de ansiedad en el centro de su pecho. Todo parecía estar normal. Buscó el cuerpo de Jennie por el lugar, pero no lo encontró. Sólo había dos espacios en los que podía estar. El baño, y el vestidor.

Los pasos de Jisoo hasta la puerta del baño, eran temblorosos. Parecía una recién nacida intentando caminar sin caer.

Sentía que debía tocar, preguntar y esperar por una respuesta, pero no lo hizo. Tomó la manija de aquella puerta con fuerza, y la abrió, para ingresar con la cabeza agachada.

Jisoo sintió el aroma de Jennie. Ese aroma que ya resultaba inconfundible. Aroma a alfa en su máxima expresión, que se fundía con un perfume lo suficientemente suave como para dejarla idiotizada. Jisoo, se volvía idiota con el simple olor de Jennie. Perdía todo pensamiento coherente y racional. Olvidaba los motivos por los que estaba allí. La alfa que tanto la idiotizaba, era parte de una familia que hacía daño. Muchísimo daño, pero a su omega no parecía importarle.

—¿Jisoo?

La voz de Jennie sonaba cansada, agotada, y gastada. Estaba tan sorprendida por la presencia de Jisoo, que creyó que lo sucedido hace un par de horas, le había provocado daño cerebral.

La omega elevó su rostro con cuidado, y al ver a Jennie sintió como algo se rompía en su interior. Estaba golpeada. Más que golpeada, y tenía sangre en su camisa blanca, que era un desastre a ese punto. Su cabello estaba mojado, al igual que su rostro y sus manos lastimadas. Podía observar la marca que había quedado en sus nudillos. No sólo tenía golpes en su rostro. Los botones de aquella prenda estaban abiertos, y se notaba una gran marca roja en su costado derecho.

Jisoo mordió su labio inferior con fuerza, mientras se acercaba lentamente a Jennie. Tenía unas ganas incontrolables de llorar. Quería llorar y llorar, hasta que cada una de las heridas desapareciera.

Quedaron frente a frente, y la alfa, buscó la mirada de la temblorosa omega a unos pocos metros de distancia.

—¿Qué haces aquí?

A pesar de haber recibido una paliza, y la conversación que oyó el día anterior, Jennie no podía dejar de sonreírle. Le alegraba en cierto punto que Jisoo estuviera allí, junto a ella. Aunque pudiera estar tomando las cosas con un significado erróneo, su corazón no dejaba de latir, y con la simple presencia de la chica, todas sus preocupaciones, y dolores, se fueron.

—¿Sucede algo?

Jisoo negó rápidamente, mientras sentía como sus lágrimas le impedían observar correctamente a Jennie. La primera cayó, formando una cascada que descendía por sus mejillas sin control alguno. Por más que intentaba limpiarlas, continuaban dejando su rastro. Jennie se acercó un poco más, para quedar prácticamente, pegada a ella. Había menos de un metro de distancia.

—No llores. Por favor. No llores. Si alguien te hizo daño... Y-yo voy a matarlo.

—¿Q-quién te hizo todo esto? ¿Por qué te golpearon?

—Porque tú tienes razón. No soy una buena persona. No lo soy. Hago cosas incorrectas. Vivo de traficar cantidades inhumanas de drogas a todo el mundo. También lo hago con las armas. Las personas me compran armas, para defenderse y para matar a otras personas. Mi familia lo hace por más de cincuenta años. Soy parte de la tercera generación. He vivido todos estos años aquí. Mi vida completa es mi familia, mis negocios. La mafia —Jennie escupió todas esas palabras de forma que Jisoo se sintiera culpable. No sabía cómo la alfa se había enterado de sus palabras, pero estaba concentrada en las cosas que le estaba diciendo. Jennie estaba siendo honesta con ella— Tuvimos un altercado con algunas personas. Por eso nos peleamos.

INFILTRADA - JENSOO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora